“Lucharé por esto hasta el último segundo de esta elección. Soy un luchador”, aseguró el sábado el primer ministro británico, Gordon Brown, candidato a renovar el cargo por el Partido Laborista, gobernante desde hace 13 años. Así respondía a los datos que arrojan encuestas como la de YouGov, que dan por ganador a David Cameron, del Partido Conservador, con 34%. El segundo lugar está peleado entre el Liberal Demócrata Nick Clegg y Brown (28% contra 27%, según YouGov, y 27% contra 29%, según la consultora ICM).

Todo indica que ningún partido conseguirá mayoría absoluta parlamentaria, algo que no sucede desde 1974. Aunque el partido de Clegg consiga el lugar del segundo más votado, los laboristas se encuentran en una posición que les permitiría conseguir más escaños en el Parlamento que los liberales. Esto se debe a que el sistema electoral británico no refleja proporcionalmente en el Parlamento la cantidad de votantes sino cómo les fue en cada circunscripción electoral, y los dos partidos tradicionales ganarían más regiones que los liberales.

A este tema se refirió el diario The Guardian, tradicionalmente laborista, al explicar en su editorial del sábado por qué decidió apoyar a Clegg. Dijo que el liberal “ofrece al pueblo británico una oportunidad enorme, la de reformar el sistema electoral”. Sin embargo, el periódico advirtió que cambió su apoyo “con importantes reservas y frustraciones”. También el diario The Observer manifestó su apoyo a Clegg.

Pero la mayoría de la prensa se inclinó por respaldar a Cameron; incluso The Times, que apoyaba al partido gobernante desde 2001, retiró su apoyo a los laboristas y anunció que respalda al Partido Conservador, algo que no hacía desde hace 18 años, porque representa “fortaleza, juicio y carácter para dirigir el país a un futuro más sano y fuerte”. El que tiene menos amigos entre los periódicos resultó ser Brown, que cuenta sólo con los fieles Daily Mirror y Sunday Mirror, informó la agencia de noticias EFE.

El primer ministro dijo el sábado que pagó un alto precio por no darse cuenta de que tenía un micrófono puesto cuando creyó que nadie lo oía y calificó de “intolerante” a una votante laborista con la que había hablado momentos antes en público, informó la agencia de noticias Reuters.

En el último de los tres debates televisivos los candidatos subieron el tono de cara a las elecciones del jueves. Cameron calificó los argumentos de Brown como “medidas desesperadas de alguien que está desesperado”, luego de que el primer ministro calificó de “plan inmoral” su propuesta de reducir el impuesto a la herencia para los ricos, informó BBC. Por su parte, Clegg volvió a presentarse como “el verdadero cambio”. El candidato dijo a The Guardian que las elecciones son ahora “una carrera entre dos caballos”, de la que quedaron afuera los laboristas, que utilizaban la misma metáfora antes del primer debate, cuando Clegg era desconocido para uno de cada tres votantes británicos.