En Porto Alegre, en un encuentro con uruguayos militantes de izquierda, José Mujica dijo que aunque no tiene “fuerza para disponer lo contrario”, “no tendría presos a hombres de 80 años para arriba”. El presidente dijo que no es “dueño del país” pero tampoco “verdugo de ancianos”. “No puedo vivir angustiado sólo mirando para atrás, mi angustia son los que van a venir, porque el mundo de atrás no lo puedo arreglar, y puedo ayudar a que el mundo de mañana sea un poco mejor”. “Quiero que los orientales se encuentren, quiero que no se tengan que odiar, que no tengan cosas que perdonar, que no tengan cosas que olvidar”, afirmó en el encuentro con el que finalizaba la visita a Rio Grande Do Sul. Mujica respeta a “todos los compatriotas” de cualquier color político, “a los que tienen dolor, los que me votan y los que me putean”. En ese momento uno de los asistentes preguntó si van a seguir detenidos los delincuentes, “independientemente de que sean 'viejitos' de más de 70”, y ahí fue cuando Mujica insistió con una idea que lanzó el año pasado, de liberar a los presos mayores de 70 años aunque hayan sido procesados por violaciones a los derechos humanos.