En el gobierno de Perú no hay ninguna crisis, repitieron una y otra vez los integrantes del Ejecutivo de Ollanta Humala este fin de semana, luego de la renuncia “irrevocable” del presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner. Según informó Lerner a los integrantes del Ejecutivo, la presentó para permitir “ajustes en la conducción general del gobierno”.

Horas más tarde, la designación en su cargo del ministro del Interior Oscar Valdés, también empresario, pero además teniente coronel retirado del Ejército, disparó varias lecturas. Políticos y analistas opinaron que el cambio de jefe de gabinete podría deberse a la crisis que el gobierno enfrenta en el departamento de Cajamarca, donde la población y las autoridades locales mantienen un conflicto en rechazo a un proyecto minero millonario. El politólogo Alfredo Torres, de la empresa Ipsos Apoyo, dijo a la agencia EFE que la decisión de colocar a alguien que viene del Ejército y del Ministerio del Interior, es una señal de endurecimiento ante las protestas: “quiere decir que el gobierno no va a permitir más excesos”.

Otros opinaron que el cambio responde a una voluntad de pasar de un gobierno más moderado y conciliador a otro menos abierto al diálogo y dispuesto a avanzar con más fuerza en sus planes. Esta lectura fue apoyada en parte en la carta de renuncia de Lerner. Allí se leeque el Ejecutivo, que asumió el 28 de julio, cumplió “una primera etapa caracterizada por la generación de confianza a los agentes económicos, sectores productivos y la sociedad en general”. La nueva etapa “requiere de ajustes en la conducción general del gobierno, así como de la estrategia de la acción gubernamental y de la ejecución de una agenda que responda a los lineamientos programáticos”, añadió Lerner.

“No hay ninguna crisis, se está haciendo un reajuste como siempre suele hacerse”, dijo Valdés en su primera conferencia de prensa como jefe de gabinete. Aclaró que se mantiene la “hoja de ruta” programática y que fueron ratificados en sus cargos el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, y la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Carolina Trivelli.

Pero fue otro político, el ex presidente Alejandro Toledo, quien anunció bajas en el gabinete. “Perú Posible ha decidido tomar distancia del gobierno”, dijo, según informó el diario peruano El Comercio. El partido de Toledo, Perú Posible, decidió que no participará en el gabinete que presidirá Valdés, y por lo tanto dejarán sus cargos dos ministros que responden a esta fuerza: el de Trabajo, Rudecindo Vega, y el de Defensa, Daniel Mora.

Perú Posible tomó esa decisión porque no está de acuerdo con lo que considera una “militarización” del gobierno de Humala. “Es una nueva etapa en donde yo veo que hay mayor presencia militar y nosotros somos demócratas por definición”, dijo Toledo. Agregó que su partido recibió el ofrecimiento de ocupar un puesto en el nuevo gabinete, pero prefirió no aceptarlo. En cambio, dijo que en el Congreso esa fuerza seguirá apoyando proyectos de ley oficialistas cuando lo considere correcto.

Los nuevos ministros peruanos se preparaban para asumir sus cargos anoche, en un gabinete en el que según Valdés, no se dio ningún tipo de giro, “ni a la izquierda ni a la derecha”.