La Unión Europea (UE) adoptó ayer contra Muamar Gadafi sanciones más severas que las impuestas el sábado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU). Bruselas respaldó las medidas de la ONU pero fue más allá. Los 27 países del bloque acordaron por unanimidad que el embargo de armas y municiones también regirá para los insumos que utilizan las fuerzas antidisturbios, y ampliaron la lista de personas a las que se les retirará el visado y se les congelarán sus cuentas bancarias en la UE.

La ONU incluyó a 16 allegados al líder libio en la lista de personas que no pueden viajar a sus países miembros, y la UE dispuso que serán 25 los integrantes del entorno de Gadafi que no podrán pisar suelo europeo. También les congeló las cuentas. Lo mismo había hecho la ONU para cinco allegados al gobernante libio.

Además, según dijo la canciller de la UE, Catherine Ashton, el bloque está “estableciendo contactos” con las autoridades de “transición” que designa la oposición en Libia a medida que ésta se organiza y toma control de nuevos territorios.

Algunos países fueron más allá. Francia comenzó a enviar ayuda humanitaria hacia Bengasi, la segunda ciudad del país, que está bajo control de la oposición. Varios gobiernos anunciaron que estudian junto con sus aliados la posibilidad de establecer una zona de exclusión en el espacio aéreo libio, según dijeron la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y los primeros ministros de Francia y Gran Bretaña, François Fillon y David Cameron.

Los gobiernos de estos países tampoco descartaron una intervención militar, aunque todos aclararon que esta posibilidad tenía que pasar por una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y concretarse por intermedio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Ninguna opción parecía descartada ayer.

“Estamos estudiando todas las soluciones que puedan hacer que el coronel Gadafi entienda que debe irse”, dijo ayer Fillon a la radio francesa RTL. “Se mencionan soluciones militares” que “son objeto de evaluación por parte del gobierno francés”, agregó.

Cameron dejó entender, en una intervención ante la Cámara de los Comunes, que el gobierno británico iba a estudiar la posibilidad de armar a la oposición en contra de Gadafi si continuaba la represión.

El diario estadounidense The New York Times informaba ayer que un alto funcionario de Estados Unidos, a quien no identificó, declaró que aún no se había tomado ninguna decisión ni sobre una intervención militar, ni sobre la zona de exclusión aérea. Pero para estar preparados ante cualquier orden, el Pentágono decidió “reubicar” ayer sus fuerzas navales y aéreas que se encontraban en zonas cercanas a Libia, dijo su portavoz David Lapan al canal estadounidense CNN.

Ante todo esto, Gadafi dijo ayer al canal estadounidense ABC que se siente “traicionado” por la ONU y “sorprendido” porque Occidente lo dejó “abandonado” en su lucha contra los “terroristas”. Pero agregó: “mi gente me ama y moriría para protegerme”. El líder libio también estimó posible que Occidente lo haya abandonado porque “lo que quieren es ocupar Libia”.

Más temprano, el canal de televisión qatarí Al Jazeera informó que Gadafi encargó al responsable de los servicios secretos en el exterior, Buzid Durda, dialogar con los insurgentes que controlan el este del país. Los jefes de tribus que ya no son fieles al presidente manifestaron que habían rechazado los intentos de acercamiento del gobierno.