La idea de un candidato único para evitar que la presidenta, Cristina Fernández, pueda ser reelecta domina la política argentina. El 23 de octubre habrá elecciones presidenciales y aún no se sabe si Fernández, que lidera los sondeos de intención de voto, será candidata a un segundo mandato. Pero la oposición busca maneras de cerrarle el camino.

El vicepresidente argentino, Julio Cobos, destacó ayer en declaraciones a la radio Mitre la necesidad de “acuerdos electorales y sobre políticas de Estado previos a la elección presidencial”. Cobos era uno de los llamados “radicales K”, un dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) que se alió con el oficialismo para las elecciones de 2007, y ese año fue compañero de fórmula de Fernández. Rápidamente el acuerdo fracasó y el radical se transformó en un opositor dentro del gobierno. Ahora, consultado sobre una eventual alianza con el ex presidente Eduardo Duhalde, del Peronismo Federal (PF), Cobos estimó que “tiene que haber compatibilidades ideológicas afines” y agregó que “puede haber una cierta simbiosis para ir juntos en un escenario electoral”.

El viernes los precandidatos a la presidencia por la UCR, Propuesta Republicana (Pro) y el PF firmaron un documento que se llama “El deber de cuidar la democracia” que busca establecer bases de una alianza electoral. Lo suscribieron Mauricio Macri (Pro), Elisa Carrió (Coalición Cívica), Eduardo Duhalde (PF), Ricardo Alfonsín (UCR), Ernesto Sanz (UCR), Francisco de Narváez (PF) y Felipe Solá (PF), entre otros, informó el diario argentino Página 12.

El planteo principal del texto, de acuerdo al diario La Nación, es que “la democracia puede estar en peligro”. Los únicos candidatos opositores que no lo firmaron fueron Cobos, Pino Solanas (Proyecto Sur) y Hermes Binner (Partido Socialista).

Según este diario opositor, varios hechos ocurridos la semana pasada permitieron que se concretara la posición común entre fuerzas políticas distintas: “El bloqueo a las plantas impresoras de Clarín y La Nación; las amenazas de Hugo Moyano [el dirigente oficialista y líder de la Central General de Trabajadores] a los medios que osen cuestionarlo; el insólito premio a la excelencia periodística concedido a [el presidente venezolano] Hugo Chávez, o la actitud de la ministra [de Seguridad] Nilda Garré de desoír con términos despectivos una citación del Congreso [para que explicara por qué el gobierno no levantó el bloqueo sindical que afectó a los diarios]”.

El documento no supone que el acuerdo electoral esté en pie, sólo plantea una base para formarlo. Pero algunos, como Macri, el jefe de gobierno porteño, están decididos a avanzar. “Tenemos que hacer un gran acuerdo que, de mínima, dé garantías de gobernabilidad. Y de máxima, una candidatura presidencial unificada”, dijo a La Nación.

Carrió, la candidata de la Coalición Cívica, dejó claro que no piensa participar de esa alianza electoral. “Ni en primera ni en segunda vuelta voy a hacer acuerdos con narcotraficantes o con corruptos”, dijo, de acuerdo a Página 12.

Por otro lado, Alfonsín, a pesar de haber adherido al documento, prefiere apostar a una alianza con el Partido Socialista, Generación para un Encuentro Nacional y Proyecto Sur, que permitiría hacer un frente de centroizquierda. Según informó La Nación, Alfonsín piensa reunir esta semana al comité federal de su partido para que lo proclame candidato oficial, dejando a Sanz y a Cobos por fuera. La líder de Generación para un Encuentro Nacional, Margarita Stolbizer, y el gobernador de Santa Fe, el socialista Binner, estarían dispuestos a mediar ante Solanas, que por el momento no quiere saber nada de lazos con la UCR.

En tanto, el PF lanzó sus preinternas ayer -habrá otras obligatorias en agosto-, para definir su candidato presidencial entre Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá. Los electores de la capital federal podían votar ayer, aunque no fueran afiliados al PF, y la votación continuará hasta el 29 de mayo en distintas provincias argentinas.