Tras obtener una prórroga de 15 días, la comisión de reestructura del FA continúa discutiendo los estatutos de la fuerza política y, a juzgar por lo dicho por sus integrantes -y por los apenas 38 de 116 artículos que han sido discutidos-, una nueva ampliación del plazo parece inminente. “Es imposible, no terminamos antes de mayo”, señaló uno de los integrantes, que dijo que, una vez que finalice la Semana de Turismo, el grupo comenzará a sesionar también los fines de semana, con miras de agilizar su trabajo.

La comisión analiza el estatuto artículo por artículo. En los casos en los que no hay consenso se opta por postergar la discusión de ese número para el final. Uno de los integrantes de la comisión sostuvo que “el único” artículo de total acuerdo fue “el primero”, que establece que el FA es una organización de “coalición y movimiento”. Según pudo saber la diaria, por el momento se han apartado 12 de los 38 artículos analizados. “Son los neurálgicos”, estimó un participante. En caso de que culminen las sesiones de la comisión y de que no haya acuerdos, se elevarán informes en “mayorías” y en “minorías” al plenario del FA, para que se retome la discusión allí.

Entre estos artículos se incluye los que refieren a los comités de base y a las coordinadoras. Fuentes del Frente Líber Seregni (FLS) informaron que algunos sectores -entre los que se incluyen- pretenden instalar comités de base “virtuales”, así como los hay comunes y “funcionales”, que necesariamente tendrían que tener proyección en “algún organismo territorial” para poder tomar alguna decisión. Según dijeron las fuentes, esta propuesta generó “terrible discusión” y se decidió dejar el artículo en la lista de los que se estudiarán al final.

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Otro tema que generó debate fue el porcentaje de votos necesario para que un nuevo grupo ingrese al FA, en tiempos en que la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L) no tuvo otro camino que la recolección de firmas para su ingreso formal a la fuerza, luego de que el Movimiento de Participación Popular se opusiera a dar sus votos para la entrada del sector. El estatuto exige que cuatro quintos de los miembros del plenario admitan al nuevo grupo, pero desde el FLS se sostiene que lo mejor sería bajar ese porcentaje a dos o tres quintos, “lo que se requiere para llevar adelante un plebiscito”. “Con las actuales proporciones se requiere consenso, y basta con que un grupo medianamente grande o dos grupos pequeños se junten y obstaculicen un nuevo ingreso para trancar todo”, señalaron.

Pero la pertinencia de exigir mayorías de cuatro quintos no está en discusión solamente en este punto, sino que también será un tema a debatirse en otras instancias que prevé el estatuto. Algunos dirigentes ya han planteado que se trata de una cifra difícil de alcanzar. “Tomar decisiones de cuatro quintos es excesivo; hoy no es tan fácil lograr ese tipo de acuerdos como lo era en los orígenes del FA”, señalaron desde el FLS, y agregaron que “esto impide trasladar las posiciones en minoría”.

Los cuestionamientos a estas posturas provienen en su mayoría del PCU, que en febrero presentó como documento de trabajo del sector al propio estatuto del FA. En aquel mes, el delegado del sector ante esta comisión, Miguel Seballe, había señalado a la diaria que su sector no era proclive a hacer muchos cambios, ya que, según consideró el dirigente, el estatuto actual es “muy bueno”. Desde este partido, el dirigente Daniel Marsiglia consideró, respecto a la flexibilización del ingreso de nuevos sectores políticos, que es necesario discutir “si el FA quiere ser una atomización de 250 grupos”, en tanto que respecto a los comités virtuales, entendió que si bien no niega las redes sociales, “de ninguna manera se le puede dar la misma relevancia que a los comités de base”. “La militancia tiene que ver con otras cosas”, puntualizó.

Según estimaron varios integrantes, la discusión llegará a su punto más álgido cuando se trate la integración del congreso del FA, ya que sectores como el Nuevo Espacio pretenden que la mitad del organismo, donde predominan las bases, corresponda a los sectores políticos, mientras que desde el PCU, Marsiglia ya adelantó que cambiar la integración sería cambiar “la fisonomía del FA”.