La diferencia en votos entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori era anoche de 2,96%, cuando el escrutinio oficial llegaba a 91,6% de los sufragios. El candidato de Gana Perú alcanzaba 51,48% de apoyo en las urnas frente al 48,51% de Fujimori, números muy parecidos a los que prometían las encuestas a boca de urna.

En la madrugada de ayer, Humala dijo sus primeras palabras como presidente electo en la plaza 2 de Mayo, ante miles de personas que festejaban su victoria. Allí aseguró que con su gobierno, que comienza el 28 de julio, habrá crecimiento económico y también inclusión social. “No se puede hablar de que el Perú avanza si hay tantos peruanos en la pobreza. Nosotros vamos a corregir eso haciendo que el crecimiento económico no sea el chorreo, sino políticas reales que resuelvan el problema de la educación, de la salud, de la infraestructura, a la vez que le cerraremos el paso a la corrupción”, prometió.

Dijo que se promoverán las inversiones, la agricultura y la ganadería, el empleo y los derechos laborales, informó el diario peruano La República. “Trabajaremos en este proyecto de unir a todo el pueblo, de unir al Perú sin discriminación de razas, sexo, edad ni condición socioeconómica”, afirmó Humala, hijo de un nacionalista indigenista que le dio su nombre quechua, Ollanta, que significa “guerrero que todo lo ve”. Recordó a sus seguidores los programas sociales que tiene previsto implementar, reiteró que su política de seguridad incluirá la cadena perpetua para los violadores de menores de edad y prometió que promoverá la integración latinoamericana.

En Perú, él mismo vigilará que las promesas se cumplan: “Personalmente, yo iré a ver que funciona el Estado, sobre todo en los pueblos más pobres del país”. Añadió que rendirá cuentas sólo a sus votantes: “Yo no tengo ningún compromiso con ningún grupo económico. Ustedes me han elegido y ustedes son mi único jefe”. Sus palabras fueron ovacionadas por sus seguidores.

En cambio, los festejos electorales no llegaron a la bolsa de valores de Lima, que sufrió ayer una caída de 12,45%, como para darles la razón a los rivales de Humala, quienes aseguraban que los mercados le tienen miedo al líder de Gana Perú.

Cuando el presidente electo ya había recibido las felicitaciones de los mandatarios de la región, Keiko Fujimori reconoció su derrota en las elecciones del domingo. Dijo que ahora es “el momento de tender los puentes y de comenzar el diálogo” para “asegurar la gobernabilidad”, porque “el gran ganador debe ser el Perú”.

No se refirió, en cambio, a las palabras del vicepresidente segundo electo, Omar Chehade, respecto a su padre, el ex presidente Alberto Fujimori, que cumple una condena a 25 años de prisión. Chehade dijo que “lo más probable es que el ex presidente mude de centro de reclusión”, desde el cómodo cuartel policial en el que se encuentra a un centro penitenciario adecuado para “una persona que ha cometido graves delitos”. Colaboradores de la ex candidata sí cuestionaron esas declaraciones.

Más tarde, Keiko y Ollanta se reunieron unos minutos en privado y luego posaron juntos para la foto sin revelar detalles del encuentro.

Pero el primero en felicitar a Humala por su victoria, cuando apenas se conocían los datos de las encuestas a boca de urna, fue el presidente de Chile, Sebastián Piñera. El gesto tuvo su importancia porque la relación entre Perú y Chile incluye desde hace décadas diferencias respecto a sus fronteras, e incluso hay una demanda peruana ante La Haya en reclamo de que se modifiquen sus límites marítimos. En este marco, se especuló con que una victoria del candidato nacionalista peruano pudiera endurecer las posiciones de Perú.

Luego del saludo desde Chile, Humala recibió una lluvia de felicitaciones de varios mandatarios y algunos de ellos lo invitaron a visitarlos antes de asumir la presidencia. Así lo hizo, por ejemplo, la brasileña Dilma Rousseff. Pero colaboradores de Humala anunciaron que la primera gira del presidente electo será “un viaje de agradecimiento” por las distintas provincias de Perú.