-¿Qué piensa de lo que sucedió en Inavi?

-En el ministerio hay varios subconjuntos. El Inavi es uno. Se creó con la presidencia del Partido Colorado, y hubo una confrontación histórica entre las políticas públicas y lo que esperaban los bodegueros grandes que siempre dirigieron Inavi, ligados a una visión neoliberal de la viticultura: la inserción a los mercados y el éxito exportador a cualquier precio. El Frente Amplio comienza otra política que fue apoyada sólo por pequeños viticultores. En el período pasado hubo una lucha de intereses. Calvo tuvo muchos problemas, las medidas estructurales fueron muy resistidas por grupos de intereses internos. Ahora bien, Calvo fue el director en el período pasado y Aguerre lo confirmó en su cargo. Lo que sucedió es que renunció.

-¿Y los cambios de directores en el resto del MGAP?

-En general, cuando cambia un ministro todos los cargos de confianza se ponen a disposición. En el MGAP quedaron sólo dos direcciones que Aguerre confirmó. Todas las demás unidades ejecutoras cambiaron. Es un hecho normal. Y en todos los ministerios sucedió lo mismo. No hay una confrontación del MPP con la actual administración del MGAP. Hay un problema que ha sido la elección de otro director del PUR. En el PUR había una variante juvenil, universitaria, muy de autonomía y cogobierno y hubo grupos que les costó mucho insertarse con el resto de los funcionarios del ministerio, se aislaron.

-Se refiere a los técnicos que renunciaron…

-Sí, y no es cierto lo que dijo Vadell, no lo echaron, él tenía un contrato y no puede decir que lo echó nadie y tampoco es cierto que las acciones que tienen que ver con la población rural de más bajos recursos hayan sido obviadas. Ahí hay un enfoque sesgado, no es la visión que tenemos en el MPP. Fue un asunto personal. Los compañeros del PUR fueron un grupo de personas muy coherentes, pero, si creen en la causa, lo que tienen que hacer es trabajar por ella, no renunciar. Creo que fueron más leales a la persona con la que tuvieron un contrato que a la causa.

-Aguerre anunciaba antes de asumir que sus condiciones eran tener gente de confianza, con idoneidad técnica y que hubiera un equilibrio político dentro del MGAP.

-Todo ministro elige la gente de su confianza. No creo que haya habido incompetencia técnica en el ministerio anterior. Aguerre es un hombre de cabeza técnica, no fue militante político, pero los problemas técnicos nunca son sólo problemas técnicos. Siempre hay posiciones políticas atrás. Vino con un énfasis muy grande en algunas áreas en las que se apoyó en cosas que habíamos hecho antes. En el tema de la conservación del suelo puso a Mariana Hill, donde teníamos a Héctor González, que fue el que hizo todas las propuestas para modificar la Ley de suelos. Ahí hay una absoluta sintonía, sólo que González es del MPP y Mariana Hill no es de ningún grupo. Lo bueno es que aportó aire fresco a la política. Yo relativizo eso de una visión técnica y una visión política.

-¿Hay confrontación en el MGAP?

-El sector agropecuario es muy sensible porque estás en vinculación con uno de los centros de poder económico de este país que son los dueños del mapa. Ellos a Martín Buxedas no lo podían ni ver. Porque tienen tres reivindicaciones clásicas: pagar menos sueldos, que el dólar valga más y pagar menos impuestos. En el mundo los terratenientes son así. En cambio los empresarios modernos lo que piensan es que el resultado económico de su gestión tiene que lograrse dentro de la empresa aplicando tecnología, formando una comunidad con los funcionarios, capacitándolos. Hay una visión capitalista más moderna y una más medieval.