Nuevamente fueron los medios los que informaron de presuntos casos de corrupción de altos cargos del gobierno brasileño. En este caso fue la revista Veja que publicó un reportaje sobre el ministro de Transporte, Alfredo Nascimento, a quien la presidenta Dilma Rousseff heredó desde la administración de Lula da Silva.

El artículo publicado el sábado denunciaba que dos asesores directos del ministro estaban involucrados en un esquema de sobornos relacionado a la adjudicación de licitaciones públicas. El mismo fin de semana Rousseff dispuso que se alejara de sus cargos a esos asesores y a otros dos también involucrados en el caso, y el martes pidió que se suspendieran las licitaciones gestionadas por los departamentos cuestionados, pero las denuncias no se detuvieron.

Las investigaciones periodísticas señalaron que en la cima del esquema de corrupción estaría el diputado Valdemar Costa, secretario general del aliado Partido de la República al que pertenece Nascimento, además aliado del gobernante Partido de los Trabajadores. Mientras, la página web de la revista Isto É publicó un video en el que Nascimento parece estar negociando con un diputado de otro partido para que migrara al suyo una serie de proyectos de infraestructura.

Otra publicación volvió a mover, ayer, el piso de Nascimento. El Ministerio Público investiga el supuesto enriquecimiento ilícito de su hijo Gustavo, que hace dos años abrió la empresa Forma Construcciones con un capital de 60 mil reales y actualmente ese patrimonio aumentó 86.500%. La investigación busca descubrir si ese crecimiento patrimonial se logró con ayuda de la gestión de su padre en Transportes, informó la cadena O Globo.

Ayer el ministro presentó su dimisión “irrevocable”, y anunció que asumirá su banca en el Senado, así como la presidencia de su partido.

El comunicado emitido por la cartera señaló que renunció “con la determinación de colaborar espontáneamente para la aclaración de las sospechas en torno de la actuación del Ministerio de Transporte”. También indicó que se pidió a la Fiscalía la apertura de una investigación pidiendo el quiebre de los secretos bancario y fiscal.

Antes del anuncio oficial, Rousseff se reunió con los cinco senadores del Partido de la República para comenzar a manejar los nombres que podrían liderar la cartera de Transporte.

Esta baja afecta no sólo al gabinete sino también a las relaciones con el partido aliado, mientras los problemas en el seno del oficialismo por la salida del ex ministro de Presidencia, Antonio Palocci, también por corrupción, no habían terminado de resolverse.