Si bien Rosadilla había manejado tiempo atrás la posibilidad de renunciar a la cartera, e incluso se había especulado con que el detonante sería el proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad, los primeros indicios claros de su alejamiento surgieron el martes en la comisión de Defensa de Diputados. Allí, en su última intervención sobre el final de la sesión, cuando daba explicaciones sobre la denuncia por acoso presentada por una funcionaria del ministerio, Rosadilla comentó, según consta en la versión taquigráfica: “No estoy absolutamente seguro de que podamos volver a tener un encuentro en esta comisión”. Y continuó, en lo que se pareció bastante a una despedida: “Si bien sigo siendo ministro, quiero hablar como persona para asegurarles que, en cuanto a lo que a este ministro refiere, pueden irse a dormir tranquilos en relación con estos temas. Sé qué errores puedo cometer, sé qué errores habitualmente cometo y sé que hay errores que no voy a cometer. Quizás en este caso, si cometo un error, sea por extremo celo al final de este capítulo y no por displicencia, amiguismo o lo que sea. Me conozco bastante como para saber qué tipo de errores puedo cometer. No sé si vamos a tener otra oportunidad, por lo que quería que lo supieran”.

Ayer a partir de las 10 de la mañana se reunió con el presidente José Mujica en la Torre Ejecutiva para comunicarle su decisión de abandonar la cartera debido a problemas de salud. Rosadilla tiene diverticulosis, una afección intestinal que el estrés agrava, y deberá someterse a un “tratamiento extenso”, explicaron sus asesores. El martes próximo deberá internarse. El hasta ahora ministro de Defensa le dijo a Mujica que no quería “perjudicar la gestión” de la cartera, y por lo tanto solicitó licencia a partir del viernes.

Rosadilla, de la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad, volverá a ocupar su banca en el Senado, aunque solicitará licencia médica. Su suplencia la ejerció Eleuterio Fernández Huidobro desde la asunción en 2010 hasta su renuncia el 12 de abril de este año, a raíz de la votación del interpretativo de la Ley de Caducidad. En su lugar quedó Carlos Gamou, quien deberá volver a ocupar su banca en Diputados cuando Rosadilla se reintegre.

En tanto, en el Ministerio de Defensa quedará el socialista Jorge Menéndez, actual subsecretario, como interino, y podría incluso convertirse en el sustituto de Rosadilla, pero esto no se sabe aún. Mujica todavía no tiene definido quién ocupará la titularidad de la cartera y se tomará por lo menos un par de semanas para hacerlo, indicaron desde Presidencia.

La gestión de Rosadilla estuvo caracterizada, entre otros elementos, por las investigaciones en torno a irregularidades en las Fuerzas Armadas, como las denominadas “compras fantasmas” en la Armada, y por la puesta en marcha de la Ley Marco de Defensa Nacional aprobada en febrero de 2010, que traspasó la definición de las políticas de defensa del ámbito militar al ámbito civil. Estuvo signada por una relación que en principio pareció promisoria con los militares, pero que luego estuvo marcada por discrepancias e incluso enfrentamientos. Los reclamos de los militares se centraron en el presupuesto asignado a las fuerzas, se cuestionó la reducción de efectivos prevista por el gobierno y el apoyo del Frente Amplio al proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad. Las máximas jerarquías militares expresaron sus discrepancias sobre estos temas abiertamente, y los retirados militares fueron más allá. A la creación del Foro Libertad y Concordia, que busca la liberación de los “presos políticos” -así denominan los integrantes de esta organización a los violadores de derechos humanos durante la dictadura, presos en la cárcel de Domingo Arena- se sumó una concreta muestra de rechazo de un grupo de retirados, que durante una manifestación por el Hospital Militar le gritaron a Rosadilla en la cara “tupa mentiroso” y “asesino”. El hasta ahora ministro relevó de su cargo al general Luis Pérez, sancionó con tres días de arresto a ocho generales en actividad por visitar al coronel retirado Tranquilino Machado, procesado por un homicidio cometido en dictadura, y con una amonestación verbal al jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Bonilla, por hacer declaraciones políticas.