Mientras el Partido Socialista de Francia se reunía el fin de semana en La Rochelle en el encuentro partidario que celebra todos los veranos, se conocían encuestas que confirmaban a uno de sus dirigentes, François Hollande, como favorito para ganar las internas de octubre. Uno de esos sondeos, publicado por el Journal du Dimanche, le otorgaba a Hollande 41% de apoyo de los votantes socialistas.

Este porcentaje brinda al ex secretario general del partido una ventaja cómoda sobre la actual titular de los socialistas, Martine Aubry, que alcanza el 31% de respaldo para las internas, en ese sondeo de la firma IFOP. Quien los sigue en intención de voto es la ex pareja de Hollande, Ségolène Royal, quien se separó del dirigente luego de ser derrotada por Nicolas Sarkozy, de la derechista Unión por un Movimiento Popular, en las elecciones de 2007, en las que compitieron por la presidencia de Francia.

Además de Hollande, Aubry y Royal, otros tres dirigentes compiten por la candidatura socialista para las elecciones de 2012 en las internas que se celebrarán del 9 al 16 de octubre: Arnaud Montebourg, Manuel Valls y Jean-Michel Baylet. En esas elecciones, “nadie sabe quién votará porque es la primera vez que millones de franceses podrán participar” dijo Montebourg, a la radio Europe 1, en referencia a que, por primera vez, su partido convoca a primarias abiertas.

Todos los que competirán en las internas estaban en La Rochelle el fin de semana, a diferencia de Dominique Strauss-Kahn, quien aparecía como el favorito de los socialistas y de los franceses en general para ganar las elecciones de 2012 hasta que fue denunciado por abuso sexual en Nueva York. Pese a que fue absuelto por la Justicia de Estados Unidos, ese proceso judicial lo alejó de su cargo de titular del Fondo Monetario Internacional y también, al menos por ahora, de sus aspiraciones presidenciales y de La Rochelle.

Una encuesta de la emisora de radio RTL concluyó que el 80% de los franceses se opone a que regrese a la vida política y ese rechazo llega a 77% entre los votantes de izquierda. Además, el 56% de los franceses considera que no debe ocupar cargos en un eventual gobierno socialista.

En cambio, Hollande recibe más de una señal para competir esperanzado por la candidatura socialista. Además de llevarles ventaja a sus rivales dentro del partido, una encuesta de IFOP de la semana pasada, citada por la agencia Reuters, concluye que el dirigente socialista, si gana la interna, derrotaría a Sarkozy -quien todavía no ha confirmado que será candidato- en una segunda vuelta electoral.

En el encuentro en La Rochelle el grupo de los seis candidatos posó unido para las cámaras, y en sus discursos apuntó contra el oficialismo en donde más le duele en momentos en que la crisis económica afecta su popularidad. El secretario general interino del Partido Socialista, Harlem Désir, que cerró con su discurso la reunión, se refirió a Sarkozy y a su primer ministro, François Fillon, como “señor Quiebra y doctor Déficit”.