-¿Qué opina del rol de los sindicatos en la reforma de la salud?

-La Federación de Funcionarios de la Salud Pública [FFSP] y la Federación Uruguaya de la Salud [FUS] han acompañado la reforma, más allá de las discrepancias metodológicas y de las definiciones. La FUS tiene pronunciamientos congresales y la FFSP es conteste con el proceso, pero tienen la definición de un sistema nacional de salud y no de un sistema integrado como el que se está implementando. El problema es que muchas veces se ponen por delante estas definiciones ideológicas, antes de otros pasos. En la FFSP tienen puesta la camiseta, pero deben entender que nada puede ser espontáneo. La reforma son reivindicaciones, pero también son deberes, y eso corre para los profesionales de la salud y para el último trabajador, que la suda todos los días. En los años venideros, yo creo que vamos a un sistema único, pero antes hay que hacer todo un proceso. La tesis triunfante en el último congreso del PIT-CNT fue de un sistema integrado, sin desconocer el desarrollo del mutualismo. Si poníamos de antemano el sistema único de salud estábamos desconociendo a más de 6.000 trabajadores y sus instituciones.

-¿Uruguay puede llegar a ese sistema único?

-Todos aspiramos a una sociedad más justa e igualitaria, pero hay que construirla. Estamos en un proceso de acumulación y el tiempo dirá si tenemos capacidad de ir a un sistema único. Hoy vemos vaivenes del sistema privado, donde se están ajustando algunas situaciones. Entonces, si uno hace predicciones para dentro de 30 o 40 años, habría que ver si tendremos un sistema privado como el de hoy. Son preguntas que nos tenemos que ir haciendo. Se puede hacer un diseño pensando en eso, pero antes hay que acumular y llegar a síntesis. El problema es anteponer conceptos ideológicos, en lugar de diseñar el proceso entre todos, sin exclusiones. Éste es un debate que no está enterrado, que va a ser una polémica constante en ámbitos sindicales, académicos y donde se hace gestión en salud. Siempre habrá que discutir cuál es el método adecuado para universalizar, darle sustentabilidad al sistema y lograr la solidaridad intergeneracional.

-¿Qué opina del pedido del Sindicato Médico del Uruguay [SMU] de tener un representante en el directorio de Administración de los Servicios de Salud del Estado [ASSE]?

-[El ex presidente, Mario] Córdoba es médico y afiliado al SMU. [La nueva presidenta] Beatriz Silva también. Ojalá tuviéramos más médicos en la conducción de la reforma. Se los dijo anoche [por el martes], en la reunión con el SMU, que la reforma se hace con los médicos. Pero necesitamos médicos consustanciados con la reforma, porque hay médicos que están en contra. O estás con las grandes reformas populares y democráticas, o tenés con intereses particulares, apenas mercantiles. Ésa es la dialéctica, porque la sociedad no se divide por profesiones.

-¿Qué cambios necesita ASSE?

-Hay que darle efectividad, lineamientos políticos y mejorar su capacidad de gestión. El directorio tiene que trazar el plan estratégico, en lugar de estar preocupado por el expediente del jardinero de ASSE del Hospital de Tacuarembó. El directorio debe conducir la política, en lugar de dedicarse a la gestión cotidiana. Hay que regular la gestión de ASSE y, si hay desorden, entonces hay que ordenarlo. Tiene que centrarse en la conducción en los grandes lineamientos del eje público. ASSE es el gran prestador público, pero tiene que trabajar junto con la Sanidad Militar, la Sanidad Policial, las intendencias y el Banco de Previsión Social. Recién hoy ASSE tiene un presupuesto ajustado a sus necesidades, de 650 millones de dólares. Hay que ayudar mucho y la rectoría del MSP tiene que estar con fuerza, en todo lo que tenga que ver con políticas públicas de salud.

-¿Le sorpendió la salida de Córdoba?

-Me tomó por sorpresa, sí. Fue una decisión del presidente José Mujica. No evalúo la gestión, pero su persona me merece el mayor respeto. Beatriz es una persona muy capacitada que viene de una excelente gestión [en el Pereira Rossell], y ahora nos toca rodearla y ayudarla.

-¿Piensa hablar con los directores que han renunciado en este último tiempo?

-Durante mi gestión intentaré que quienes dieron un paso al costado se sumen de nuevo al proceso, ya sea en el ámbito académico, gremial o quienes estuvieron en cargos de dirección. La reforma se hacer entre todos, con discrepancias y matices, pero siempre entre todos. De lo contrario, viene la contrarreforma o la desaceleración de la reforma.