En una ceremonia meramente protocolar, los principales referentes del directorio del Partido Nacional (PN), se reunieron con el senador Jorge Saravia, que tras su alejamiento del Frente Amplio (FA) resolvió conformar un espacio político dentro de filas nacionalistas, la Concertación Republicana Nacional.

A pesar de las críticas que han surgido desde el oficialismo, Saravia mantendrá su banca en el Senado, y ayer fue invitado además formalmente a participar en las reuniones del directorio del PN, una potestad que tienen todos los parlamentarios blancos.

El coordinador de la bancada nacionalista, Gustavo Penadés, mantuvo en las últimas horas contactos con senadores frentistas para analizar posibles cambios en las comisiones parlamentarias en las que participa Saravia, ante la nueva correlación de fuerzas que se conformó en la cámara alta, donde el oficialismo quedó ahora al límite de la mayoría parlamentaria, con 16 representantes.

“Si esto pasaba en Diputados, donde el FA tiene 50 representantes, seguramente sería un hecho político de otras características”, puntualizó Eber da Rosa, uno de los participantes en “la bienvenida” de la víspera, a la que también asistieron Penadés, Luis Alberto Heber, Francisco Gallinal y Jorge Larrañaga.

Como por si acaso, Da Rosa recordó dos episodios de la historia reciente del Uruguay, en los cuales legisladores que accedieron a su banca por el PN y la mantuvieron a pesar de su pasaje al FA: lo hizo Francisco Rodríguez Camusso en 1971, cuando se fundó la coalición de izquierda, y luego, en 1987, también tomó ese camino Carlos Pita, que había sido electo diputado tres años antes en una lista de Por la Patria. “Lo novedoso es que ahora el camino tiene otra dirección”, señaló Da Rosa.