“No los banco más”. La afirmación del líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, apareció brevemente en su Twitter el viernes pasado y luego fue borrada, pero sintetizaba el estado de ánimo del senador nacionalista respecto al otro sector mayoritario del partido, Unidad Nacional. La gota que desbordó el vaso fueron las críticas que recibió, fundamentalmente por parte del Herrerismo, por haberse reunido con el presidente José Mujica y haber dicho luego que Eduardo Bonomi era el mejor ministro del Interior que había tenido el Frente Amplio, en momentos en que la oposición utilizaba el tema de la inseguridad como su caballo de batalla. Algunas de las principales críticas provinieron del líder herrerista Luis Alberto Lacalle. “Ellos son el gobierno y nosotros la oposición. Deben de quedar claros los respectivos campos de acción. Porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”, advirtió el ex presidente en el semanario Patria.

“No los banco más, porque el perfilismo de algunos de tus compañeros siempre va a estar tirotéandome”, le escribió Larrañaga al presidente del Directorio del Partido Nacional, el senador herrerista Luis Alberto Heber. En ese mismo intercambio, Larrañaga le recordó a su correligionario que se quedó en el directorio después de la renuncia de Luis Alberto Lacalle para no “dejarlo solo” en la conducción.

Heber respondió intentando bajar el perfil de la discusión. “El único tiroteo que hay es al gobierno y ministro, la gente no puede más del miedo e inseguridad y ahí debemos estar juntos”, twiteó. “Debemos de juntarnos para buscar las soluciones que el gobierno no encuentra para la gente, y no pelearnos”, agregó.

Más allá del hecho puntual, en el Partido Nacional existen por lo menos dos visiones de cómo ejercer la oposición y de cómo pararse con respecto al gobierno. Precisamente, este debate y la relación con Larrañaga eran uno de los puntos de discusión del cónclave de Unidad Nacional que se realizará este domingo en La Paloma.

En su carta de renuncia presentada a Heber con fecha del 18 de enero, en la que también presenta su dimisión a la presidencia de la agrupación parlamentaria del PN, Larrañaga recuerda que “hace tiempo” consideraba que “terminó una etapa”. “Hechos y circunstancias fueron dilatando esta resolución inmodificable que ahora se concreta. Pertenezco a un nacionalismo sin ataduras. Únicamente me rige el deber con mi Patria, mi Partido y mis Convicciones, por incómodas que resulten”, señala. Y agrega, en referencia a las críticas que recibió de su propio partido por su cercanía con el gobierno: “No hago política especulando porque siempre he considerado que primero está la gente, los problemas que no tienen color político y que éticamente tenemos que resolver”.

Finalmente, Larrañaga sostiene que su “lucha” continuará “en la trinchera sectorial -con la permanente vocación por el crecimiento partidario-, y buscando en la diversidad la anhelada unidad, que nos lleve a la inexorable victoria del Partido Nacional”. “Cuente Ud. con mi aprecio y apoyo, y el Cuerpo, con el respaldo Institucional desde mi condición de nacionalista inclaudicable, dispuesto al esfuerzo y sacrificio que se me pida y necesite. Hasta cualquier momento”, se despide.

Larrañaga integraba el Directorio del PN desde 1999 y fue su presidente entre 2004 y 2008. El titular del organismo antes de que asumiera Heber había sido Lacalle, quien renunció en junio de 2011 para que “el proceso de reformas profundas” que inició el PN fuera “conducido por correligionarios más jóvenes”.