-La educación técnica y tecnológica está en la agenda política como pocas veces y, en ese contexto, se ha reunido con el presidente José Mujica y con la bancada oficialista, ¿qué temas están discutiendo?

UTU de emergencia

En su audición radial del miércoles, en M24, el presidente José Mujica volvió a referirse a la necesidad de formar mano de obra calificada. Señaló que la UTU debe cumplir un papel "revolucionario" en esa formación y que ésta "deberá contribuir a incrementar el conocimiento superior en materia de ciencia y tecnología". Dijo que hay que flexibilizar el ingreso de docentes para que se puedan dictar cursos cortos. "Si la UTU quiere contratar maestros quinchadores se encuentra con obstáculos, porque para enseñar tienen que ser bachiller y es muy difícil que alguno de los quinchadores lo sea", expresó Mujica. Por su parte, ayer en el semanario Búsqueda, propuso instalar "algo que voy a llamar UTU de emergencia, al lado" de la ya existente, "ahora mismo, ya", pero "sin toquetear nada de lo que está haciendo ahora la UTU".

-Tradicionalmente, se entendía que la formacion profesional y tecnológica era para el empleo y la producción. Pero hoy los sistemas de producción y trabajo se han diversificado y transformado y, por eso, es imprescindible que esta formación articule en forma dinámica la ciencia y la tecnológica. Estas propuestas que se han incrementado están llegando a distintos territorios y nuestra intención es que estos espacios que el país tiene lleguen cada vez a más jóvenes.

-Se discute el proyecto de una universidad tecnológica, pero también el presidente quiere fortalecer la UTU de forma más inmediata para que no queden alumnos sin cursos. ¿Cómo se está manejando esta posibilidad?

-Hay un compromiso de la ANEP por atender la matrícula actual y tener la dinámica suficiente para actualizar los registros en función de la demanda. Estamos haciendo un despliegue muy grande, atendiendo un crecimiento importante, y se está trabajando en la ampliación de aulas en diversos centros para que no quede gente fuera del sistema educactivo. Pero hay que pensar que la gente no debe quedar afuera de ninguno de los niveles. No tiene mucho sentido que se haga un esfuerzo en un nivel y en otros no. Acá lo que está en juego es una concepción de educación que no le quiere poner techo a la formación, que quiere que las personas atraviesen todos los niveles educactivos y terminen en la educación terciaria. El desafío es incrementar la matrícula pero también proyectar a las personas y que no tenga límites en el concepto de niveles que se maneja.

-¿Qué se está proponiendo en concreto para este año?

-A la fecha ya invertimos todo el dinero que estaba destinado para infraestructura y estamos elevando al Codicen -porque hay un compromiso asumido- los refuerzos que se requieren para atender aquello que está fuera de las posibilidades presupuestales. Las inscripciones son hasta el 18 de febrero, pero también estamos dentro de un programa muy importante con INAU y en otro con el Mides, y el número de jóvenes que vamos a estar promoviendo es un elemento que tenemos que ir considerando para conseguir la inclusión.

-Hay diferentes posturas sobre qué niveles debe atender la futura universidad tecnológica y cómo implementar el Instituto Terciario Superior [ITS] ¿Qué piensa sobre eso?

-De la educación tecnológica terciaria no universitaria ya estamos a cargo, salvo los tecnólogos, que se hace junto a la Universidad de la República [Udelar]. Son perfiles de carácter operativo que conocemos y venimos impartiendo hace años. Además estamos generando nuevos sectores e incrementando la presencia de estos cursos en distintos territorios. La educación terciaria no universitaria está teniendo una atención especial, incluso de atención presupuestal con la libertad de seguir creciendo en ella gradualmente. Si tenemos 7.000 estudiantes ahora se puede pensar en estar duplicando este número en el corto plazo. El problema es que una vez que egresen de esta carreras puedan tener continuidad educativa real, un espacio de investigación aplicada que contribuya al desarrollo, a la construcción de patentes, de innovaciones. Ahí tenemos un debe en el cual tiene espacio una universidad tecnológica que se aboque con posterioridad a ese nivel técnico-tecnológico terciario, denominado hasta hoy "no universitario". Eso para proyectar a miles de jóvenes a lugares articulados con la Udelar, que también tiene sus ámbitos de investigación, y para que este conocimiento esté abocado a las necesidades del país. La universidad tecnológica la visualizamos en ese espacio que hoy el país no tiene, que puede estar parcialmente dentro de la Udelar, pero ahí la fuerza de la UTU está menguada. Ahora, en la formación técnica y tecnológica, incluidas en el nivel terciario, la acumulación y la posibilidad de permitir un tránsito desde los niveles más básicos hacia esas proyecciones terciarias es una gran contribución que está haciendo la UTU.

-¿Y sobre el ciclo básico?

-La Ley de Educación prevé la conformación de un consejo de ciclo básico en el que convivan las modalidades generales de Secundaria y UTU, porque no es formación de carácter profesionalizante como tiene la UTU en su gran mayoría. En la educación media superior los conceptos de integralidad y trabajo empiezan a tener cierta diferencia. Por lo tanto, es conveniente que se continúe articulando y generando los máximos puentes, pero no creyendo que en ese nivel la concepción educativa que tenemos es única.

-¿En qué lugar ubica al ITS entonces?

-Parece que el país apuesta a que el desafío sea mayor. Las propuesta preuniversitarias ya tienen una cobertura y una acumulación, por lo tanto, con un apoyo específico pueden tener también un desarrollo en el marco de la UTU que está dando 90% de la educación tecnológica terciaria. No tendría mayor sentido pensar en superponer cosas y abandonar la posiblidad de construir conocimiento o mayor capacidad de investigación con la nueva universidad tecnológica.