El anuncio de las FARC de que liberarán a los últimos seis policías y cuatro militares en su poder ya recibió una respuesta del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien manifestó alegría por los rehenes y por sus familias. El gobernante también dio la bienvenida, aunque con cautela, a la decisión que comunicó la guerrilla de que abandonará los secuestros extorsivos, las retenciones de civiles a cambio de dinero para financiarse. En su cuenta de Twitter Santos opinó que el fin de los secuestros a civiles es “importante y necesario, pero no suficiente”.

“Es hora de que se comience a aclarar quiénes y con qué propósitos secuestran hoy en Colombia”, señala el comunicado de las FARC, en un momento en el cual la violencia viene en aumento de la mano de bandas delictivas denominadas “bacrim”.

En ese mismo comunicado, el grupo armado dijo que a las seis liberaciones de “prisioneros de guerra” que había anunciado la guerrilla para fines del año pasado se sumarían las de los otros cuatro que tiene en su poder. Todos ellos fueron capturados hace 12 años o más.

Las seis primeras liberaciones se pospusieron, según manifestaron las FARC a comienzos de febrero, porque el gobierno había militarizado la zona donde estaba previsto realizarlas. El gobierno negó esa información y dijo que ni siquiera sabía dónde serían liberados los rehenes.

Para recibir a esos militares y policías en una “fecha acordada” -que no se hizo pública-, el grupo armado convocó en su nuevo comunicado a Marleny Orjuela, definida como “incansable y valiente mujer”. Orjuela preside la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros; en el texto publicado en su web, las FARC manifiestan “sentimientos de admiración para con los familiares” de los rehenes.

La guerrilla también se dirige a la agrupación Colombianas y Colombianos por la Paz, encabezada por la ex senadora Piedad Córdoba, y le comunica que está preparada para agilizar una negociación para la paz.

El fin de los secuestros extorsivos era una de las peticiones de esa organización, que hace más de tres años mantiene un intercambio por carta con la guerrilla que ha permitido una veintena de liberaciones.

La semana pasada Córdoba anunció que mantenía negociaciones con las FARC para que, justamente, la cifra inicial de seis liberaciones aumentara a diez. De esta forma, tanto Córdoba como las FARC, confirmaron implícitamente que un undécimo rehén, Luis Eduardo Peña, subcomisario de la Policía, murió en cautiverio.