-En el quinquenio pasado las políticas del MVOTMA estuvieron casi exclusivamente dirigidas a la reestructura institucional y se construyó poco.

-En el primer gobierno del Frente Amplio [FA] se definió la no prioridad de las políticas de vivienda porque se entendía que había otros campos con situaciones más graves y probablemente más fáciles de solucionar rápidamente. Esos cinco años se utilizaron para producir cambios institucionales y dejar instalada una estructura organizativa que permitiera en el segundo gobierno pisar el acelerador. El problema es que ahora los recursos son muy parecidos a los del primer quinquenio, hay una diferencia importante en dólares pero que no es diferencia en ladrillos. Como parte del presupuesto se establecen recursos por 950 millones de dólares que equivalen en costos de construcción a los 500 millones de dólares del período anterior. Ahora tenemos todas las herramientas institucionales, pero nos faltan los recursos.

-¿Cómo evalúa el Plan Juntos?

-Parece una buena iniciativa. El problema es que no tiene recursos propios. Se suponía que iba a haber donaciones, pero el principal aportador es Mujica.

-¿Las inversiones privadas esperadas con la ley de Vivienda de Interés Social?

-No aparecen. Cuando empezó este período de gobierno el presupuesto para vivienda era mucho mayor y por decisión del Ministerio de Economía y Finanzas [MEF] se recortó. Dijeron que iban a conseguir recursos de otra fuente que eran los inversores privados. Por eso se votó la ley por la cual se exonera de toda carga impositiva a los privados con la esperanza de que aparecieran inversiones. Pero hasta ahora es muy limitada y además lo que proponen hacer es muy caro. Se aprobaron proyectos de 60, 80 y 100.000 dólares por unidad. Para sectores con problemas de vivienda esa oferta no es adecuada.

-¿Por qué a los capitales privados no les interesa invertir en viviendas?

-No soy especialista en eso, pero las inversiones en vivienda compiten con otras que son más interesantes en las que se obtienen ganancias más rápido y con menos trabajo.

-Vuelve a aparecer el Estado como el único capaz de garantizar la construcción de casas accesibles.

-He estado en muchos lugares y no conozco ninguno en que la vivienda social no la tenga que financiar el Estado. Estamos hablando de sectores que no tienen capacidad de pagar los costos y el Estado es el único que puede subsidiar.

-¿Tenemos un sistema de construcción caro?

-Es muy caro por varias cosas. El clima, que nos obliga a hacer dobles muros y a poner espuma plast; por suerte tenemos una mano de obra bien paga y buenas leyes sociales. Estamos 50% arriba en la región. Pero la vivienda en todo el mundo es un derecho que cuesta efectivizar. Sacá la cuenta del costo para un trabajador que gana un salario mínimo, empezás a pagar con 25 o 30 años un crédito que es a 25 años. Mientras podés lo pagás, pero después cuando te jubilás, ¿cómo hacés? En ese momento hay que proteger a la familia para que no quede sin vivienda. El gobierno tiene un mecanismo muy bueno que es el subsidio por permanencia: cuando seguir pagando la cuota inicial implica un porcentaje muy alto de tu ingreso, la diferencia se puede subsidiar. Pero cuando empiece a funcionar en forma generalizada no va a haber plata para pagarlo, porque el MVOTMA no tiene recursos.

-¿Cuál es la necesidad de vivienda de las cooperativas?

-FUCVAM tiene 8.000 familias esperando crédito y el PIT-CNT dice que tiene 12.000 más. Los recursos de la Dirección Nacional de Vivienda alcanzan a cubrir 2.000 viviendas por año. Quiere decir que con la demanda que tenemos y a este ritmo vamos a demorar 20 años.

-En el MVOTMA se usa el concepto de solución habitacional para hablar de las intervenciones en vivienda, pero eso no equivale a nuevas viviendas.

-El concepto es correcto. El saneamiento o una conexión de agua son soluciones habitacionales, el asunto es cuando no distinguimos los tipos de solución y lo manejamos como un número donde entran cosas diferentes, y en esa bolsa entran las viviendas nuevas. Nos estamos haciendo trampa. Es un término que tenía la esperanza de que no se usara más, porque se introdujo en el primer gobierno de Sanguinetti. Cuando las viviendas para contar son pocas, entonces empezamos a contar otras cosas.

-Has planteado algunas dudas sobre el Plan de Vivienda del PIT-CNT.

-Lo saludo como una alternativa saludable que contribuye a organizar la demanda, que recurre al movimiento cooperativo, y porque surge del movimiento sindical. Respeto la opción de la propiedad individual. Pero, ¿por qué un plan que surge del movimiento sindical solamente toma como alternativa las cooperativas de propietarios? No lo entiendo. También que la vivienda sea prefabricada. Primero hay que demostrar que es mejor que la tradicional. El sistema de Umissa puede llegar a ser adecuado pero hoy tiene algunas fallas. Nunca quedó claro qué pasó con la exportación a Venezuela, en ese país nunca se montaron y las que hay en Uruguay son ejemplos con patologías.

-FUCVAM logró un acuerdo en 2011 con el MVOTMA para pagar la deuda, ¿por qué no se pudo lograr en la anterior administración?

-Hubo un cambio de concepción; no se le puede pedir a alguien que pague lo que no puede. La deuda que se le reclamaba viene de la dictadura, fue considerada ilegal en la Conapro y hay proyectos firmados por todos los legisladores del FA, entre los que está Mujica, estableciendo la eliminación de esa deuda. Entonces, no se puede ser tan distinto por pasar de un lado al otro del mostrador. Ahora se piensa en lo que puede pagar la gente. La situación cambió cuando la conducción del tema la tomó el MVOTMA. Antes había una presencia muy fuerte del MEF y era el que daba la última palabra.

-¿Qué habría que hacer para revertir la falta de recursos?

-Están las rendiciones de cuentas, en las que los recursos pueden ser redistribuidos o incrementados. Dado que en estos dos años algunas cosas que se pensaba que iban a pasar no pasaron habría que asumir que el Estado es el pilar del gerenciamiento de la vivienda. Así se podría construir por lo menos la demanda primaria y lograr que deje de subir el déficit, estabilizar la gráfica y empezar a cambiar esa tendencia, cosa que el FA no pudo hacer en los siete años que lleva de gobierno.