Los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela anunciaron ayer oficialmente su denuncia al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), en un comunicado emitido en el marco de la 42ª asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebra en la ciudad boliviana de Cochabamba. Los países, todos miembros también de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), consideraron que dicho tratado “ha perdido legitimidad y vigencia”, según el comunicado.

El TIAR fue firmado por los países miembros de la OEA en 1947 en Río de Janeiro y modificado parcialmente en 1975, con el objetivo de “consolidar y fortalecer sus relaciones de amistad, asegurar la paz entre los Estados Americanos y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia política”. Así lo afirma el Tratado constitutivo, en el que se establece que un ataque contra uno de sus miembros es un ataque contra todos.

Los países denunciantes cuestionan que luego se su creación, en el contexto de la Guerra Fría, el TIAR demostró ser un instrumento al servicio de los intereses de algunos países y para “responder supuestas agresiones de potencias extracontinentales -Unión Soviética y China-”, pero que no fue eficaz cuando “una potencia colonial extracontinental [en referencia a Reino Unido] agredió a Argentina en respuesta a su reivindicación legítima de la soberanía de las islas Malvinas”. Aludían a la actitud de Estados Unidos ante la Guerra de las Malvinas, en 1982. Estas críticas coinciden con las palabras del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que el lunes afirmó que mientras que “el TIAR obligaba a defender a la Argentina, Estados Unidos apoyó a Inglaterra”.

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, dio ayer una conferencia de prensa junto con sus homólogos de Bolivia y Venezuela y con el representante de Nicaragua en la OEA, para reiterar su rechazo hacia un organismo que consideraron “se estaba pudriendo”, según declaraciones recogidas por Telesur. “Nuestros países han tomado la decisión de denunciar el TIAR [...] Creemos que es fundamental para limpiar la hojarasca de esta organización, que tiene la obligación de transformarse; para que sirva a los pueblos y no a los intereses de ciertas potencias”, dijo. Según Patiño, esta acción es una forma de “tirar al tacho de la basura lo que ya no sirve”, y añadió que “puede servir como primer paso para ciertas transformaciones de la OEA”. Reiteró que los países denunciantes esperan una reforma de la OEA “para que sirva a los pueblos y pase a ser una entidad defensora y propulsora de los derechos humanos”.