“No deberíamos continuar con homenajes en relación a los actores del pasado. Eso nos genera divisiones”, dijo ayer el vocero del gobierno chileno, Andrés Chadwick, hablando a título personal con el canal TVN. En la entrevista, manifestó por primera vez su arrepentimiento por haber apoyado la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un régimen en el que existió una “violación brutal a los derechos humanos”.

“Tengo un profundo arrepentimiento de haber sido parte de un gobierno donde esos hechos sucedían”, señaló, aunque indicó que la postura actual de La Moneda es respetar la libertad de expresión, en referencia a los partidarios de Pinochet.

Tampoco el gobierno local de Santiago prohibió que ayer se realizara el homenaje a Augusto Pinochet más multitudinario desde la muerte del dictador, en 2006. Incluía el estreno del documental Pinochet. El acto se pudo realizar después de que el viernes la Justicia rechazara un recurso presentado por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos para que se lo prohibiera.

El homenaje fue organizado por la Corporación 11 de Septiembre, que tomó su nombre del día del golpe de Estado de 1973, y la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional. Las dos reclamaron ayer porque consideraron que su actividad no contó con las garantías de seguridad necesarias.

En las afueras del teatro Caupolicán, donde se proyectó la película, hubo violentos enfrentamientos entre los carabineros y los centenares de personas que protestaban contra el homenaje. Entre ellas, algunos encapuchados lanzaron objetos contundentes y bombas molotov hacia el teatro -aunque no alcanzaron su objetivo- y armaron barricadas con neumáticos encendidos. Los incidentes motivaron que los carabineros dispusieran un sistema de ómnibus para evacuar a las personas que asistieron al homenaje.

“Estuvimos estoicamente callados durante 20 años, soportando muchos insultos y soportando cómo injustamente se metía presos a militares por delitos que francamente no existían”, dijo el ex teniente del Ejército Juan González, presidente de la Corporación 11 de Septiembre. Dijo también que la cita del domingo era “fundacional” para los seguidores de Pinochet y mencionó la posibilidad de fundar un movimiento político bajo el nombre Avanzada Nacional, el mismo que utilizó el principal partido de derecha que apoyó el golpe de Estado de Pinochet en 1973.

Durante la actividad los pinochetistas exigieron “libertad para todos los ex miembros de las Fuerzas Armadas y prisioneros políticos” que están en la cárcel de una manera “vergonzosa, por haber defendido la libertad”. El acto terminó con la multitud gritando “libertad a Corbalán”, en referencia a Álvaro Corbalán, el jefe de la disuelta Central Nacional de Informaciones, que cumple varias condenas por crímenes de la dictadura.