La semana pasada el Poder Ejecutivo autorizó al Comando General de la Armada a realizar el llamado a licitación para la reparación y mejoramiento de las capacidades del velero escuela Capitán Miranda. La resolución dice que la gestión fue promovida por la Armada debido a que en el barco se realiza el viaje principal de formación y entrenamiento primario de los egresados de la Escuela Naval y que en noviembre de 2011 el proyecto de reparación “o sustitución” del velero fue aprobado “como de interés nacional”. Se argumenta que el mejoramiento de la embarcación “redundará en mayor beneficio de la futura oficialidad y también para el país y su representatividad internacional”, y dispone una erogación de 3.500.000 dólares que se solventará mediante el proyecto de inversión de adquisición, reparación y equipamiento de unidades navales, que por una resolución del Ministerio de Economía y Finanzas de julio se reforzó con ese monto para el ejercicio 2013.

Desde fines de 2010, cuando el velero permaneció varios meses en el puerto de Montevideo por averías en los motores, la Armada comenzó a plantearse qué hacer con un barco que ya tiene 82 años. El vocero de la Armada, Sergio Bique, explicó que había dos caminos: “Uno era eliminar el velero y otro, en el que se trabajó siempre, invertir dinero para que pudiera seguir navegando por tres o cuatro años más” y al mismo tiempo “estudiar la posibilidad de adquirir un nuevo velero”.

Finalmente, una comisión técnica “evaluó lo que había que reparar y cambiar” y llegó a la conclusión de que “era factible hacerlo”, por lo que “se pidió ese monto de dinero priorizando la reparación por parte de la industria naval nacional”, señaló Bique. Pero además, sostuvo, “hay que pensar en la adquisición” de un nuevo velero escuela “para los próximos 80 años”, algo que puede llegar a costar unos 15 millones de euros, aseguró el funcionario.

La Armada evaluó, según Bique, que la industria naval nacional “está capacitada” para esta puesta a punto aunque sea necesario “importar insumos” que no se fabrican en el país. Sin embargo, este miércoles, durante el encuentro entre el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, y su par argentino, Arturo Puriccelli, este último ofreció la posibilidad de reparar el barco en la vecina orilla, aunque el asunto no fue incluido en el acuerdo de cooperación bilateral que firmaron.

El Ministerio de Defensa argentino tiene 90% del capital accionario de los Talleres Navales Dársena Norte (Tandenor SA), cuyo 10% restante pertenece a los trabajadores y que tiene la única plataforma de elevación para arreglos en seco de Sudamérica. Además, el ofrecimiento no terminaría en la eventual reparación del Capitán Miranda, ya que el propio Fernández Huidobro dijo que existen otras demandas de barcos por la posible extensión del territorio marítimo y la inminente instalación de plataformas para buscar petróleo.

la diaria consultó a varios legisladores de las comisiones de Defensa de ambas cámaras y todos señalaron que si bien se había hecho algunas consultas sobre la situación del barco y las posibles soluciones que se manejaban desde la Armada, el tema no llegó a tratarse en el Parlamento. El diputado colorado José Amy dijo que no conocía los detalles de la solicitud de reparación por parte de la Armada ni los de sus costos, pero entiende que un buque escuela “es necesario” porque no es partidario de que los egresados de la Escuela Naval “hagan su práctica en barcos extranjeros”. Una opinión similar tiene el senador nacionalista Jorge Saravia (Concertación Republicana Nacional), quien además defendió la reparación porque el Capitán Miranda “es un símbolo del Uruguay” y debe seguir haciendo “las travesías y recorridas” por el mundo “aunque sea por unos pocos años más”. Es un buque que más que un velero escuela es “parte de la política exterior del país”, agregó.

La Armada está pensando “en adquirir un velero más siglo XXI, con más automatismos”, debido a la tendencia a la reducción de las dotaciones, pero optó por la reparación del Capitán Miranda porque “hay una diferencia importante de montos entre una cosa y la otra”, dijo Bique. También se prevé que ante “las necesidades de prospecciones petrolíferas” y la posibilidad de llegar a las 500 millas náuticas de mar territorial que “reclama” Uruguay, se necesita “más presencia del Estado en el mar” y por eso se necesitan patrulleros de alta mar, embarcaciones con las que la Armada no cuenta y que “habrá que adquirir”, explicó.