El Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República (Udelar) trató ayer la situación de crisis institucional que vive la Facultad de Enfermería. Si bien el conflicto se profundizó durante la última elección de decano, que debió ser suspendida por el rector de la Udelar, Rodrigo Arocena, debido a problemas entre agrupaciones, los inconvenientes comenzaron bastante antes.

Anoche el CDC respaldó el proceso de diálogo que inició la Facultad de Enfermería, que integra actores del propio servicio, “referentes de la disciplina” y representantes del área de salud de la Udelar. En una sesión extraordinaria el 5 de setiembre, el Consejo de la facultad tomó conocimiento de la resolución del CDC del 28 de agosto, cuando se planteó la posibilidad de que el servicio pase a ser una escuela dependiente del principal órgano de conducción universitaria y deje de ser una facultad.

El Consejo de Enfermería convocó al claustro de ese servicio, que también tomó conocimiento de la resolución y reconoció que el servicio se encuentra en un momento de crisis institucional “que ha afectado valores, principios, vínculos y relacionamiento entre los órdenes y diferentes agrupaciones, en un contexto de alta conflictividad”. Además, los distintos colectivos de la facultad manifestaron su voluntad de apelar a instancias de diálogo para la resolución del conflicto, y se resolvió la creación de una comisión ad hoc del Consejo integrada por “profesoras eméritas” y “personalidades de la enfermería”, además de llamar a los colectivos del servicio a encauzar los conflictos en los ámbitos institucionales. También se conformó una “mesa de intercambio” con todas las orientaciones docentes e interórdenes, “para acordar un proyecto de facultad que mancomune y articule todas las visiones”.

El punto 4 de la resolución despertó críticas del rector Arocena, quien de todas formas se mostró conforme con los avances registrados en la negociación. En ese pasaje, el Consejo de la facultad solicitó a las autoridades universitarias “un tratamiento igualitario en relación a la discreción que se debe mantener con problemas institucionales, ya que declaraciones públicas no contribuyen a la solución de los mismos”. Arocena dijo no entender a qué hizo referencia el consejo en ese punto y se preguntó si para ellos “discreción” quiere decir “resolver entre cuatro paredes”, y recordó que la Ley Orgánica de la Udelar establece que las sesiones del CDC son públicas. El rector dijo que dejará de recibir a los distintos colectivos y personas que le siguen solicitando audiencias para plantearle quejas y planteos del servicio.

Respiración artificial

La decana interina de enfermería, Celia Cocco, dijo en la sesión del CDC que además se conformó una comisión de diálogo integrada por decanos del área de la salud de la Udelar, integrantes de los colectivos de la facultad y representantes de los gremios de docentes y estudiantes. El decano de la Facultad de Odontología, Hugo Calabria, quien integra ese espacio, comentó que en una reunión que tuvo lugar el lunes pudo constatar un clima propicio para una salida del conflicto y remarcó el hecho de que además de intentar resolver situaciones puntuales, también se dedicaran a discutir el proyecto de facultad a largo plazo. Calabria agregó que el rol de los actores externos es únicamente el de “facilitar”, y que quienes saldrán de la crisis serán los propios actores de la facultad.

Según informó Búsqueda el 23 de agosto, la sesión del Claustro que trató la elección de decano debió ser suspendida por Arocena -quien reglamentariamente debe presidir los actos eleccionarios- entre gritos y amenazas, tras la denuncia de una delegada del orden estudiantil. La estudiante, que había presentado su renuncia al Claustro hacía unos días, aseguró que había sido amenazada por una docente del servicio para que renunciara, para que entrara su suplente, cuyo voto cambiaría el resultado de la elección.

La candidatura de la ya decana Alicia Cabrera -quien se postulaba a la reelección- superaba por un voto la de la docente Neris González, y la estudiante amenazada votaría a Cabrera, mientras que su suplente lo haría por González. De acuerdo a lo que denunció, cuatro personas se presentaron en su casa en Rivera con su renuncia ya redactada para que la firmara, y le sugirieron que lo hiciera porque de lo contrario ella y su familia iban a tener problemas. La estudiante firmó la renuncia bajo presión pero después denunció lo sucedido.

De todas formas, la situación en la facultad ya era compleja antes del acto eleccionario, y la propia decana Cabrera fue declarada persona no grata por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Enfermería a raíz de denuncias de irregularidades, que incluso desencadenaron en una investigación administrativa.