Sábado de mañana en el parque de Cambadu, sobre la avenida Luis Alberto de Herrera, a la altura de Burgues. El sector blanco Unidad Nacional (Una) realiza su Congreso Nacional, con el objetivo de proclamar a su precandidato para las internas de junio de 2014 por el Partido Nacional (PN).

El resultado estaba cantado: el diputado Luis Lacalle Pou era el único competidor. A pesar de esa certeza, en el lugar se respiraban una tensión y expectativa inusuales. Los principales dirigentes del sector estaban desde temprano y esperaban fuera del recinto a que comenzara el acto, mientras se saludaban efusivamente con los delegados que llegaban de diferentes lugares del país. Fue así hasta que comenzó a sonar el Himno Nacional y todos comprendieron que era hora de entrar porque empezaba la actividad. Pero que todos lo hicieran al mismo tiempo generó un embotellamiento en la puerta que duró hasta la última estrofa.

El congreso fue presidido por el intendente de Florida, Carlos Enciso. Lo primero que hizo fue comunicar una moción que proponía que el congreso llevara el nombre de Washington Bermúdez, que fue aprobada sin necesidad de que se llegara a votar. Luego, Enciso se permitió “romper el orden del día” -incluyendo una lista de oradores que ya estaba fijada- para solicitarle al ex presidente y senador Luis Alberto Lacalle que dijera unas palabras, una propuesta que generó una extensa ovación de los presentes. Lacalle fue realmente breve; dijo sentirse “contento” de estar allí y recordó que el PN “mira hacia adelante”.

Con mayoría absoluta

Si bien el precandidato de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, lidera las encuestas de opinión pública, su principal contrincante para las internas, Lacalle Pou, es quien reúne la mayoría de las adhesiones entre los legisladores del Partido Nacional.

Lacalle Pou cuenta con el apoyo de 18 diputados, mientras que Larrañaga tiene 12 respaldos en la Cámara de Representantes. En la Cámara de Senadores, Lacalle Pou suma cuatro adhesiones (Luis Alberto Lacalle, Gustavo Penadés, Luis Alberto Heber y Juan Chiruchi), mientras que los tres representantes que apoyan a Alianza Nacional son el propio Larrañaga, Carlos Moreira y Eber da Rosa.

El senador Francisco Gallinal, líder de Correntada Wilsonista, todavía no ha expresado oficialmente a quién acompañará en la interna. Lo mismo pasa con los senadores Jorge Saravia y Sergio Abreu, que aún mantienen sus aspiraciones presidenciales.

Entre los intendentes, la tendencia es favorable para Larrañaga, que obtiene el apoyo de ocho intendentes de Alianza Nacional, mientras que Lacalle Pou es respaldado por cuatro jefes comunales.

Después comenzó efectivamente la lista de oradores. El primero era Carmelo Vidalín y así lo anunció Enciso, pero cuando el diputado por Durazno se disponía a subir, se apagó todo. Audio, pantalla gigante, luces; todo. El ex intendente esperó mientras los encargados de sonido se movían rápidamente de un lado a otro, intentando resolver el problema. En determinado momento, Enciso anunció que Vidalín iba a hablar “como antes, a capella”. Fue por eso que el primer discurso de la mañana obligó a los concurrentes que llenaban el salón mayor de Cambadu a hacer silencio. Vidalín confesó que “en el PN todavía hay una vena de odios y rencores”, y exhortó a que “se corte de una vez y nos miremos a los ojos, nos perdonemos, que primen la fe, la confianza y la amistad”.

El senador Luis Alberto Heber también comenzó hablando sin micrófono, pero en el medio de su intervención se recuperó el audio. Afirmó que al gobierno “no se le cae una idea en educación, vivienda y salud” y agregó que “no es una cuestión de presupuesto” porque en el gobierno de Lacalle, “con muchísimo menos, hicimos más”. Luego focalizó en la figura de Lacalle Pou, al que definió como un dirigente “leal, franco y capaz”, por lo que no cuesta “estar atrás de él”.

El diputado José Carlos Cardoso, por su parte, aseguró que con Lacalle Pou se da una “renovación de lenguaje, pensamiento y acercamiento a la gente”, y alentó a que “sea el PN el que plantee los nuevos temas de la agenda del país”.

A las urnas

Más adelante, Enciso anunció que la votación se había abierto, aunque les pidió a los congresales que no fueran todos juntos a votar, ya que había tiempo suficiente. También explicó cuál era el origen de los problemas de audio: “Como la inseguridad es tan grande, ayer a los [encargados] del audio les robaron el gas oil de los motores”.

Mientras tanto, la lista de oradores continuaba, aunque todos hablaron brevemente. El último fue el senador Gustavo Penadés, quien, casi sin voz, criticó el asado que se llevó a cabo en el quincho de Varela en el Día de los Trabajadores. “La gente está cansada del ‘como te digo una cosa te digo la otra’”, manifestó. Luego volvió a temas partidarios y confesó que en determinado momento creyó que Lacalle Pou no era el mejor candidato, pero que cambió su postura; “vengo a decirlo acá, como corresponde”, resaltó.

Finalmente, se anunció que 1.477 congresales habían votado a favor de la postulación de Lacalle Pou, quien de inmediato subió al escenario a dar su primer discurso como precandidato. Defendió, en sus primeras palabras, un estilo de hacer política diferente, que sea “sin destruir, porque la gente está podrida de que los políticos se peleen”. Se refirió a declaraciones recientes de Tabaré Vázquez, aunque sin nombrarlo, por ejemplo cuando aludió a que “aquel que tiene que dividir para prevalecer no es capaz de gobernar para todos”. El diputado rechazó que se refieran a su candidatura como “alternativa”, ya que prefiere que se lo presente como “opción” porque “no nos definimos por oposición a otro”. Hizo hincapié en el costo que le generan al Estado los cargos de confianza y aseguró que en su eventual gobierno armará los equipo en base a “la confianza, la preparación y la idoneidad, tengan las ideas políticas que tengan”. Destacó que “la mayoría de los oradores del congreso fueron jóvenes”, al tiempo que remarcó la necesidad de trabajar por la igualdad de géneros. Hizo mención a la canción de Dino “Milonga de pelo largo” para referirse a su concepto de megainclusión: “El hombre que siente frío y ya no se queja no cree en el sistema, ya no le importa nada y la inclusión de ese hombre debe ser un desvelo de todos”, parafraseó.

Con respecto a la educación, aseguró que “sobran ejemplos de instituciones dignas de copiar, públicas y privadas”, y agregó: “El modelo a copiar está acá mismo; es ese niño que camina seis kilómetros por día para ir a la escuela y terminó el año con cero falta”. En materia de política tributaria puso el ejemplo de Noruega, donde la carga impositiva es mayor “pero no se quejan porque el Estado les devuelve cada peso; la gente acá lo que quiere es buena gestión, no se puede seguir teniendo precios de primer mundo y sueldos de tercer mundo”.

Hizo una fuerte crítica al Mercosur y puso como ejemplo las diferencias de precios en las zonas de frontera: “Si yo viviera en Salto también compraría las cosas en Concordia, y eso no puede ser”. Profundizó luego sus críticas a la política exterior del gobierno, diciendo que “un simple micrófono prendido por error demostró lo frágiles que son las relaciones binacionales cuando son estrictamente ideológicas”. Finalmente, solicitó a los sindicatos que “hagan lo que tienen que hacer”, pero advirtió que si llega a ser presidente de la República “los sindicatos no van a estar llamados a gobernar porque ésa no es su tarea”.

Al finalizar su discurso, Lacalle Pou se abrazó con sus hijos y saludó a su padre, su madre, su hermana y su esposa. En los altoparlantes sonaba “La fuerza del corazón”, de Alejandro Sanz. Una militante le acercó un poncho para que se lo firmara y le dijo con fuerte convicción: “Luis, los sueños se cumplen. Vos eras una semillita y ahora sos una flor”.