El sol matinal de invierno iluminaba de manera tenue a unas 40 personas que conversaban en el portal del Cementerio Central. En su mayoría eran hombres de avanzada edad, pero también había algunas mujeres que conversaban mientras sostenían claveles de color rojo. Debajo de la bóveda del portal la temperatura bajaba drásticamente y numerosas moscas sobrevolaban las cabezas de los presentes.

Ayer, al cumplirse 15 años de la muerte del ex presidente Jorge Pacheco Areco, un grupo de amigos, convocados por la Comisión de Homenaje Permanente, y el sector colorado Uruguay es Posible, liderado por Alberto Iglesias, se reunieron en el cementerio para recordarlo.

Entre los presentes había personalidades de conocida afinidad con la figura de Pacheco: su viuda Graciela Rompani, el dirigente Wilson Craviotto, el ex edil y detective privado Ricardo Domínguez y el diputado de Vamos Uruguay (VU) Juan Ángel Vázquez, entre otros. La idea era esperar la llegada de Iglesias para caminar hasta la tumba -ubicada en el fondo del cementerio, con vista al Río de la Plata-, pero un grupo de señoras se impacientó, por lo que decidieron ir solas.

Mientras pasaban por las tumbas de Benito Nardone, Lorenzo Latorre y Máximo Santos, hablaron todo el camino de un tema que las indignaba: la ausencia del ex diputado Daniel García Pintos en el homenaje. La más veterana del grupo no entendía por qué su ex líder no había concurrido. Finalmente, al llegar al último sector, dominado por el mausoleo de Luis Batlle Berres, ubicado al centro, estaba el panteón de la familia Areco, donde las mujeres que venían de charla depositaron sus flores.

Poco tiempo después llegaron hasta el lugar otras personas que llevaban una corona de flores. Eran integrantes de la Comisión de Homenaje, encabezada por el doctor Arsenio Bargo, quien aclaró que no se trataba de una actividad política sino de “personas que demuestran su afecto por un amigo”.

Bargo dijo que Pacheco es una “estrella que sigue iluminando” y un “filósofo de la vida” que trabajó para “la felicidad ajena” y para “derrotar a la sedición marxista-leninista”. Luego, Edison González Lapeyre resaltó el linaje de Pacheco Areco y su humildad, así como su defensa de la reforma constitucional de 1980.

Mientras hablaba González Lapeyre llegó el resto de la comitiva, incluyendo a Iglesias. Un hombre pidió para decir unas palabras y destacó la figura de Pacheco, su postura firme frente a los sindicatos, y las Medidas Prontas de Seguridad que aplicó durante su gobierno. También resaltó la figura de Juan María Bordaberry. Con esas palabras terminó formalmente el acto y la concurrencia se separó en grupos que seguían rememorando a su líder. Dos de ellos portaban banderas: uno, la de Uruguay; otro, la de los Treinta y Tres Orientalas, que mantuvieron en alto hasta que uno la bajó y le ordenó al otro: “Descanse”.

Estaban indignados porque, según afirmaron, en Cuba, en un acto durante la visita del presidente José Mujica, habían puesto una bandera uruguaya “con errores”. Los integrantes de otro grupito recordaban que se habían conocido en el Estado Mayor Conjunto (Esmaco) de las Fuerzas Armadas, y uno de ellos comentó que un subordinado fue quien le contagió su amor por Pacheco.

El legado

Luego del acto, diversos dirigentes expresaron sus impresiones sobre la figura de Pacheco Areco, su visión en la actualidad, cómo se fue disolviendo el pachequismo y las polémicas declaraciones del senador Ope Pasquet (VU) sobre la responsabilidad de algunos colorados en el golpe de Estado de 1973.

El diputado montevideano Juan Ángel Vázquez (VU) recordó el inicio de la presidencia de Pacheco: “Cuando asume se encuentra con la guerrilla en pleno auge y, como corresponde, se pone firme, pero fundamentado en la ley. Pacheco pide las Medidas Prontas de Seguridad a la Asamblea General y por mayoría de votos provenientes de varios sectores se le permite decretar el Estado de Guerra Interno. A veces me da bronca y a veces risa, porque acá todos los días hay violaciones a la Constitución, como por ejemplo esto de la marihuana. Pacheco anduvo por el borde que permite la Constitución pero nunca la violó. Simplemente usó lo que los presidentes actuales no han usado, la firmeza y la autoridad”. Y agregó: “No vas a comparar a Pacheco con los presidentes de hoy; lamento profundamente que no exista hoy en día un presidente como Pacheco Areco”. Sobre las declaraciones de Pasquet, aseguró: “Fue un error. Yo tengo en mi poder un telegrama que le manda Pacheco a Bordaberry, en el que le expresa que anhelaba que le acompañara lo mejor con la decisión que había tomado, pero no apoya el golpe”. En opinión de Vázquez, la cosa es clara y no merece dobles lecturas: el pachequismo como corriente política se terminó con la muerte de su líder.

Por su parte, el ex edil pachequista Ricardo Domínguez, recordado por defender al Club Nacional de Football en el programa de televisión Juego limpio, aseguró que al morir Pacheco Areco, “el general Liber Seregni declaró que había gobernado dentro de los límites de la Constitución y las leyes”. “Lo que pasa es que tuvo un período muy duro y tuvo que enfrentarlo con decisión y firmeza. Eso fue interpretado como autoritarismo, cuando en realidad fue enérgico”, afirmó.

Domínguez lamentó que en la actualidad no se vea esa firmeza, y expresó: “Cuando hay elecciones se elige un gobierno para que gobierne un país; si tenemos gobernantes que tienen miedo de proceder, no sirve. Todos quieren quedar bien con todos, pero no se puede quedar bien con Dios y con el Diablo. El programa es para cumplirlo, si hay alguien que se pone en el camino hay que marcarle claramente quién es el que gobierna y hacerlos acatar las normas”.

Domínguez criticó a Pasquet en duros términos, al plantear: “No me extrañan [sus dichos], ya que creció al lado de otro cuestionador de Pacheco como lo era Enrique Tarigo, con la diferencia de que mientras que Pasquet es un mequetrefe, el doctor Tarigo era un señor que se la jugó en todo momento. Evidentemente desconoce la historia o no la vivió. Pacheco no apoyó el golpe sino la reforma constitucional, con el único objetivo de poder salir más fácilmente de la dictadura y de forma legal”. Afirmó que la disolución del pachequismo comenzó antes de la muerte de su líder, ya que “muchos de los que hoy en día están pululando por el Partido Colorado ya habían 
traicionado a Pacheco antes de que él se muriera: apenas terminadas las elecciones hubo muchas deserciones. Óscar Magurno, Pablo Millor y Daniel García Pintos traicionaron a Pacheco; cada cual se fue por su lado y, salvo Magurno, desaparecieron, hoy no existen”.

Alberto Iglesias, en tanto, explicó las razones que manejaron al momento de organizar el acto. “Queríamos homenajear a alguien que se fue en paz porque cuando se murió todos los líderes de otros partidos, incluido Tarigo, sintieron que habían estado equivocados cuando comprobaron, mediante la acción democrática, su entrega por el país y por el Estado. La izquierda, con una intención claramente descalificadora, ha intentado instalar algo que no es cierto: que en el gobierno de Pacheco no se respetó la ley. Todo se hizo dentro la Constitución y con apoyo del Parlamento”.

Iglesias habló de los dichos de Pasquet en ocasión de los 40 años del golpe de Estado y tampoco escondió su malestar: “Fue una valoración infeliz y equivocada, una interpretación forzosa y caprichosa de los hechos. Pasquet se equivocó; en esos años era un niño y capaz que leyó más libros de historia redactados por los frenteamplistas en lugar de preguntarle a su mentor político, Tarigo”.