En su edición de ayer, el diario El Mundo publicó los mensajes que supuestamente se enviaron mutuamente Rajoy, Bárcenas y la esposa de éste, Rosalía Iglesias, en los últimos dos años, en los cuales queda clara la estrecha relación entre el ahora presidente y el funcionario corrupto, quien durante años estuvo a cargo de la financiación ilícita de su partido, que incluyó el pago de sobresueldos a muchos de sus dirigentes.

La revelación de los mensajes motivó una rápida reacción de las fuerzas opositoras al gobernante conservador.

La cúpula del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se reunió de urgencia y luego del encuentro, su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió la renuncia de Rajoy. “Su permanencia al frente del gobierno constituye un daño incalculable para un país que vive una situación dramática y para las propias instituciones democráticas”, expresó Rubalcaba, quien además denunció la “connivencia” de Rajoy con una persona que, según se ha dicho desde el propio PP, es un “delincuente”. Durante la rueda de prensa que ofreció en la tarde de ayer, el socialista también anunció que se pondría en contacto con otros grupos parlamentarios para fijar posición ante una eventual permanencia de Rajoy en el gobierno. Los dichos de los máximos representantes de todos los sectores opositores coincidieron en pedir la dimisión del presidente, mientras que las declaraciones más duras se realizaron desde Izquierda Unida (IU). El vocero de este grupo en el Parlamento, José Luis Centella, declaró que existen “datos muy evidentes” de la vinculación de Bárcenas con el PP y de la supuesta financiación ilegal del partido, por lo que es insostenible la permanencia de Rajoy en su cargo. Desde IU se entiende que es “hora de darle la palabra al pueblo”, haciendo referencia a un llamado a elecciones anticipadas, algo que no comparte el PSOE, que entiende que el presidente debe renunciar y asumir el liderazgo del Ejecutivo otro representante del gobernante PP.

La moción de censura es una de las alternativas que podría seguir el PSOE, aunque esto tendría más que nada un valor simbólico, ya que en los hechos no tendría andamiento al tener el PP mayoría absoluta en el Parlamento. Lo que sí está claro es que el caso Bárcenas está produciendo un severo desgaste de la imagen pública de Rajoy y el gobierno que lidera. En numerosas ocasiones el mandatario, nacido en Santiago de Compostela, negó su cercanía con el ex tesorero del PP, algo que los recientes hechos han demostrado que realmente no era cierto.

Ayer el presidente no realizó declaraciones públicas, pero hoy, luego de un encuentro con su par polaco Donald Tusk, tendrá que comparecer ante los medios en el Palacio de la Moncloa, por lo que el tema de los mensajes estará arriba de la mesa. De todas maneras, la posición del PP comenzó a marcarse ayer en las declaraciones de varios de sus integrantes. Según informaron fuentes del sector citadas por la agencia Efe, que si bien no negaron la veracidad de los mensajes publicados, alegaron que Bárcenas no consiguió nada de Rajoy, y que el hecho de que el ex tesorero se encuentre actualmente preso es prueba suficiente de ello. Por otra parte, las mismas fuentes sostuvieron que la revelación de los mensajes en este momento forma parte de una estrategia de Bárcenas para distraer la atención de los problemas que tiene con la Justicia, y no dar explicaciones sobre los 48 millones de euros que tenía depositados en diversas entidades bancarias suizas. Esta mañana Bárcenas tendrá que presentarse a prestar declaración y la expectativa por lo que pueda decir ante el juez es enorme. Hoy mismo podría afirmar la autenticidad del documento contable manuscrito divulgado hace pocos días, en el que se da cuenta de pagos a altos cargos del PP, entre ellos al presionado Rajoy. ■