Los resultados oficiales parciales divulgados anoche indican que la candidata del PT, Dilma Rousseff, fue la más votada y pasó a segunda vuelta con 41,6% de los votos, seguida por su rival del PSDB, Aécio Neves, con 33,6%, y que la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), Marina Silva, pasó de ser la gran promesa de esta votación a quedar fuera del balotaje con 21,3%.

Las encuestas generaron polémica ayer porque incluso en un sondeo a boca de urna los resultados fueron muy distintos de los que se conocieron con el escrutinio oficial. El sondeo elaborado por la consultora Ibope, que publicaron O Globo y O Estado de São Paulo, mostraba entre Rousseff y Neves una distancia de 14% (44% a 30%), que en los resultados oficiales fue menos de 8 %.

Antes de conocer esos datos, el candidato del PSDB se mostraba confiado en que llegaría a la segunda vuelta. “Soy un decidido. Soy un brasileño que no desiste nunca”, dijo ayer tras votar.

Neves era el contendiente seguro de Rousseff en agosto, cuando los seguía de lejos el entonces candidato del PSB Eduardo Campos, con un magro 8%. Esta situación cambió el 13 de agosto, cuando Campos murió en un accidente de avión junto a varios de sus asesores. Entonces Silva, su candidata a vice, pasó a encabezar la fórmula presidencial y entró con fuerza en la campaña. Las encuestas la colocaron incluso en empate con Rousseff, pero su crecimiento no duró. En setiembre Silva comenzó a mostrar una tendencia a la baja que no logró cambiar, y los últimos sondeos, publicados el sábado, la mostraban por detrás de Neves, aunque dentro del margen de error.

Esas semanas gloriosas para Silva fueron terribles para Neves: llegó a aparecer en los sondeos con apenas 14% de intención de voto, y algunos medios informaban que dentro del PSDB había rumores de que podía retirarse de la contienda. Pero en setiembre comenzó a subir en intención de voto hasta superar a Silva en las encuestas que se conocieron entre viernes y sábado: Datafolha los mostraba 26% a 24% e Ibope 27% a 24%.

“Cuando murió mi amigo Eduardo Campos hubo una voltereta, pero nada que pareciera definitivo”, dijo ayer Neves. Algunos de sus asesores sí parecieron pensar que era definitivo y llegaron a pronunciarse a favor de respaldar a Silva si era ella la que pasaba a la segunda vuelta para enfrentar a Rousseff.

Ayer se daba como un hecho que el PSDB iría a buscar al PSB para conformar una alianza. Si llegara a concretarse, se daría una situación en la que el PSB se uniría al principal partido opositor para hacer caer a un gobierno del que formó parte hasta fines de 2013, cuando decidió que no acompañaría la candidatura de Rousseff a la reelección sino que presentaría un candidato propio.

Un golpazo

Silva llegó a tener 34% de intención de voto a comienzos de setiembre, pero ayer quedó tercera con 21%, sólo un punto porcentual por encima de sus resultados de 2010, cuando fue candidata del Partido Verde y su campaña contó con menos visibilidad y apoyo.

Diversos analistas han coincidido en las últimas semanas en que la baja en la intención de voto de Silva se debió en buena medida a dos factores. Por un lado, lo atribuyeron a que los votantes petistas estaban poco atentos a las elecciones porque Rousseff contaba con una amplia ventaja sobre su principal rival, que era Neves. En las últimas semanas los actos que hizo Rousseff fueron multitudinarios y varias organizaciones civiles vinculadas al PT, así como algunos sindicatos, mostraron en grandes movilizaciones su apoyo al gobierno. Por otro lado, los analistas destacaron que el PT hizo un fuerte trabajo para desacreditar a Silva en varios temas: cuestionaron la independencia del Banco Central que prometía, y se preguntaron si priorizaría la exploración de petróleo pese a ser una militante ambientalista y cómo haría para gobernar si no tenía suficiente respaldo en el Congreso, entre otros asuntos.

A esto se sumaron algunos errores de la propia candidata, como cuando dijo que era necesaria una “actualización” de los derechos laborales, para después rectificarse, o cuando incluyó y después retiró de su programa promesas para las parejas del mismo sexo, por mencionar dos de los ejemplos que tuvieron más repercusión.

Otro aspecto que puede haber perjudicado a Silva en la recta final fue la falta de presencia del PSB en la mayor parte del país. En las últimas semanas la infraestructura nacional del PSDB fue fundamental para la remontada final de Neves. Ayer de tarde la candidata evangélica aseguraba en su cuenta de Twitter: “Estaremos en la segunda vuelta si Dios y el pueblo brasileño quieren”.

Sigue adelante

Rousseff “probablemente está asustada, ella no se preparó para enfrentarnos”, dijo Neves en un discurso el sábado de tarde. La presidenta le retrucó y aseguró que no teme un balotaje. Aprovechó la oportunidad para criticar al PSDB por proponer el cese de programas sociales como Bolsa Familia o Más Médicos.

De esta manera, Rousseff empezaba a esbozar lo que podría ser la campaña para la segunda vuelta del 26 de octubre, que se definirá con “un clásico” que se viene reiterando desde 2002. Ese año Lula venció a José Serra 61% a 38%, y con un porcentaje muy similar repitió su victoria en 2006: 61% frente al 39% que obtuvo el hoy gobernador de San Pablo, Geraldo Alck-
min. En 2010 fue Rousseff la que comenzó a jugar estas instancias, y debutó con éxito al enfrentar a Serra: 56% a 44%.