La tapa de la edición de Charlie Hebdo publicada la semana pasada, en la que aparece una caricatura del profeta Mahoma, generó muchas reacciones adversas en el mundo musulmán. En Argelia, Jordania y Sudán hubo manifestaciones callejeras, pero las más violentas ocurrieron en Níger, donde fallecieron diez personas durante el fin de semana. Además casi todas las iglesias de Niamey, la capital de Níger, fueron atacadas, así como lugares y personas relacionadas con el cristianismo o con Francia. Ayer la Policía intervino, dispersó una manifestación con gases lacrimógenos y detuvo a 80 participantes. El presidente de Níger, Mahamadou Issoufou, estuvo en la marcha celebrada en París en repudio al atentado contra el semanario satírico francés y dijo ayer que “el Islam está en contra de la violencia”; recordó que los franceses y cristianos de Níger no son responsables de lo que ocurre en París y advirtió sobre el hecho de que la violencia en Níger puede generar potenciales ataques en contra de musulmanes en otros países.

Las protestas también fueron particularmente violentas en Afganistán, donde se quemaron banderas y fotos del presidente francés, François Hollande. En Pakistán hasta la minoría católica manifestó en contra de las caricaturas, por entender que alimentan la violencia y ofenden a la religión musulmana, en línea con las declaraciones del papa Francisco, según quien “no se puede insultar la fe de los demás”.

Por otro lado, en Alemania, la manifestación del movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA, por sus siglas en alemán) prevista para hoy como cada lunes desde hace varios meses, fue prohibida por las autoridades, que explicaron que tienen información sobre planes para realizar un atentado en contra de los manifestantes.