El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, aceptó ayer poner en marcha el acuerdo nuclear alcanzado con las potencias del Grupo 5+1, integrado por los países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y Alemania, aunque impuso condiciones para su aplicación. El acuerdo firmado el 14 de julio, y que comenzó a regir oficialmente el domingo, prevé establecer limitaciones al programa nuclear de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que pesan sobre el país desde hace ya tres décadas.

Jamenei, máxima figura política y religiosa de Irán, se manifestó acerca del acuerdo nuclear en una nota dirigida al presidente iraní Hasán Rohaní, en la que le exigió cumplir con ciertas medidas para superar “las ambigüedades y los puntos débiles estructurales” del pacto. Dijo que considerará una “violación” del acuerdo “cualquier comentario que sugiera que la estructura de las sanciones permanecerá en su lugar o que nuevas sanciones serán impuestas”.

Además, advirtió que Irán no tomará ninguna medida para modificar la planta nuclear de Arak, uno de los puntos claves pactados, hasta que se firme un “contrato definitivo y seguro” sobre el plan alternativo para la central. El objetivo principal de europeos y estadounidenses era evitar que Irán lograra enriquecer uranio hasta el punto de utilizarlo para construir un arma atómica. Al respecto, Jamenei dijo que la eliminación de las reservas de uranio enriquecido sólo tendrá lugar cuando “haya un acuerdo firme y garantizado” para su venta a terceros países.