El Vaticano detuvo el fin de semana a dos personas acusadas de “sustracción y divulgación de noticias y documentos reservados”. Se trata del español Lucio Ángel Vallejo Balda, secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos del Vaticano, estrechamente vinculado al Opus Dei, y la publicista laica Francesca Chaouqui.

Vallejo quedó en prisión preventiva y Chaouqui fue liberada ayer, aunque se la sigue considerando sospechosa. Los dos trabajaron de cerca con el papa Francisco como integrantes de la comisión que en 2013 la autoridad eclesiástica formó con el objetivo de limpiar las finanzas del Vaticano. Se sospecha que ambos robaron documentos vinculados a esa tarea y también que grabaron conversaciones privadas con Jorge Bergoglio.

En el comunicado en el que anunció las detenciones, el Vaticano también se refirió a dos libros cuya publicación es inminente y que contendrían información filtrada: Avaricia, de Emiliano Fittipaldi, y Via crucis, del periodista Gianluigi Nuzzi, autor del libro Su Santidad, publicado antes de la renuncia de Joseph Ratzinger. El Vaticano sostiene que los autores de los libros obtuvieron “ventajas” de un acto “gravemente ilícito de entrega de documentación reservada”, pero no especifica si esta documentación es la misma que habrían robado Vallejo y Chaouqui. Además, en el comunicado se descarta que unas y otras filtraciones puedan colaborar con la reforma que Francisco busca realizar en la iglesia católica, tal como dijo Fittipaldi días atrás.