El organismo que regula el transporte aéreo en Rusia, Rostransnad- zor, ordenó a la aerolínea rusa Kogalymavia suspender todos los vuelos de sus aviones Airbus 321 hasta que se conozcan las causas de la caída de un avión, de esa compañía y ese modelo, el sábado, mientras sobrevolaba el Sinaí. Esto va en la línea de las declaraciones de jerarcas rusos y egipcios que manifestaron sus dudas de que el avión efectivamente haya sido derribado por EI, y señalaron que no se ha descartado ninguna hipótesis sobre el siniestro, que causó la muerte de 224 personas, 220 de ellas rusas. La investigación será realizada por un grupo internacional integrado por expertos franceses y alemanes, un equipo de Airbus (la compañía europea que construye estos modelos de avión) y una comisión rusa.

Un grupo jihadista afiliado a EI, Wilayat Sina, se atribuyó el derribo del avión “en respuesta a los bombardeos rusos que matan a cientos de civiles en Siria”, mientras que una cuenta de Twitter atribuida a EI publicaba: “Los que asesinan serán asesinados”. Si bien Rusia minimiza la posibilidad de que EI haya realizado el ataque como represalia a su intervención en Siria, algunas aerolíneas europeas y de los Emiratos Árabes evitarán sobrevolar el Sinaí por temor a este tipo de ataques.

El avión partió del balneario egipcio Sharm el Sheij rumbo a San Petersburgo. En base a las primeras pericias, el director del Comité de Aviación Interestatal de Rusia, Viktor Sorochenko, informó que el avión “se rompió en el aire” y no en un impacto con el suelo, lo cual podría suceder por diversas razones, desde un atentado hasta una falla del fuselaje. Ya fueron encontradas las cajas negras del vuelo, que serán analizadas en los próximos días.

En otros terrenos

Una parte de la comunidad internacional continúa organizándose para participar en la guerra siria, que comenzó siendo un enfrentamiento entre rebeldes armados contrarios al gobierno de Bashar al Assad y el Ejército leal al presidente y continuó como una guerra civil hasta que EI se hizo cada vez más fuerte y se extendió a Irak. Un año atrás Estados Unidos anunció que comenzaría a bombardear los territorios dominados por el grupo jihadista en Irak y Siria en el marco de una coalición en la que también participarían otros países.

El viernes Estados Unidos anunció que daría el siguiente paso hacia una participación en toda regla: el envío de tropas terrestres al territorio sirio. El secretario de Estado, John Kerry, viajó a Asia Central para reunirse con representantes de Kazajistán, Kirguizistán, Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán. Estados Unidos tuvo bases militares aéreas en estas ex repúblicas soviéticas, pero dos de ellas, Uzbekistán y Kirguizistán, optaron por cerrarlas a pedido de Rusia y China, que tienen una fuerte presencia en esa zona.

Decidido a aumentar su papel de principal potencia en Siria, pero asumiendo también un papel de coordinador que ha sido criticado por Rusia, Estados Unidos convocó a una conferencia internacional sobre Siria. El encuentro fue el viernes, con la participación de representantes de una veintena de países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, Irán y otros países europeos y árabes que participan en la coalición internacional que bombardea territorios de EI en Siria. Los países que participaron tienen distintos objetivos en Siria; a grandes rasgos, la principal diferencia pasa por a quién respaldan y a quién combaten. El grupo de países liderado por Estados Unidos y Arabia Saudita respalda a los rebeldes opositores, es contrario al gobierno de Al Assad -y a su continuidad en un escenario posconflicto- y bombardea a EI, aunque Turquía, que integra este grupo, ha bombardeado también posiciones de los kurdos, que han sido la primera fuerza en terreno contra EI, por su conflicto interno. El otro grupo es el liderado por el propio Al Assad y Rusia, pero lo integran también Irán e Irak, en menor medida; ellos respaldan a Al Assad y bombardean a EI, pero también hay denuncias de que Rusia ha bombardeado a los rebeldes respaldados por el otro grupo de países.

En el encuentro se llegó a varios acuerdos, pero los actores más importantes indicaron ante los medios que persisten las diferencias, por lo cual habrá una nueva reunión en dos semanas para continuar avanzando en este sentido.