Las diez mayores empresas mundiales del sector de defensa, todas ellas estadounidenses y europeas, tuvieron alzas en la cotización de sus acciones después de los bombardeos que lanzó Francia en Siria como respuesta a los atentados del viernes en París. De esta manera, los capitales que invierten en las diferentes bolsas responden ante la expectativa de que las operaciones militares contra el grupo jihadista Estado Islámico aumenten en los próximos meses.

Las acciones de la mayor empresa del sector por sus ventas, la estadounidense Lockheed, subieron 3,52% en la sesión del lunes, la primera tras los atentados en París. Por su parte, la británica BAE Systems, la segunda mayor contratista del mundo, subió más de 4% entre lunes y martes, aunque sus ventas a Francia son prácticamente residuales. Los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido son sus principales compradores, y 94% de sus ventas son de productos y servicios militares. La tercera firma del mundo en este ámbito, en la que nueve de cada diez dólares de ventas provienen de su actividad en la industria armamentística, es la estadounidense Raytheon, que vio cómo sus acciones subían más de 4% el lunes.

Por su parte, las también estadounidenses Northrop Grumman y General Dynamics cerraron la sesión de ayer con subas de 4,4% y de 2%, mientras que United Technologies, vinculada con el sector aeroespacial, creció 1,4%. Las acciones del grupo industrial italiano Finmeccanica, que fabrica desde helicópteros militares hasta diversos sistemas de defensa, acumuló durante lunes y martes un crecimiento de 6%. Por encima de todas ellas, la firma francesa de electrónica Thales -que suministra al gobierno francés- logró capitalizar en bolsa 6% de suba desde el lunes.

Dos casos particulares son los de los principales fabricantes mundiales de aviones: el grupo estadounidense Boeing y la empresa paneuropea Airbus. Sus sectores de producción militar, que, a juzgar por el alza de las acciones de las demás empresas de defensa, deberían ver impulsadas sus propias acciones por el entorno pro bélico, apenas suponen la tercera y la quinta parte de las ventas totales de ambas, respectivamente. El resto de sus ingresos depende de la producción de aviones civiles, una de las industrias que presumiblemente más se verá afectada de manera negativa por los atentados de París.

Tras los atentados en la ciudad más poblada del continente y una de las más visitadas por turistas -más de 83 millones de turistas cada año-, todos miran al sector turístico y, muy especialmente, a las compañías aéreas. El lunes, la caída de los mayores grupos europeos fue considerable: Air France-KLM retrocedió casi 6%, Lufthansa lo hizo 1,8% y la anglo-española IAG -una joint venture de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus- cayó 2,6%.

De todas maneras, los analistas esperan que los efectos sobre las compañías aéreas sean menores que los que se vieron tras los atentados a las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001. En aquella ocasión, la demanda de pasajes aéreos cayó drásticamente y sus efectos fueron persistentes porque se usaron aviones para cometer los atentados, destaca un informe realizado por analistas de Bloomberg Intelligence. Dicha agencia de noticias especializada en “negocios” prevé un impacto mayor sobre Air France-KLM que sobre la alemana Lufthansa. El revés llega en un momento de buenas perspectivas para el sector por los reducidos costos de combustible del que gozan hace más de dos años.

A nivel macroeconómico, es previsible una mayor volatilidad de algunas variables como las tasas de interés, incrementos de precio en los activos de refugio -el oro o los bonos de los países menos riesgosos-, y un encarecimiento del petróleo, debido a la mayor tensión militar en Medio Oriente.

Distintos analistas sostienen que también existe consenso en que los efectos se trasladarán de Francia -donde es previsible que se retraigan las visitas a cafés, bares y otros lugares públicos de París- a otros países cercanos. Y entienden que, tal como sucedió en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y del 7 de julio de 2005 en Londres, el impacto será limitado y temporal.

El gobierno francés, por intermedio de su primer ministro, Manuel Valls, ya avisó a las autoridades europeas que la meta fiscal común será “necesariamente excedida”, en la medida en que proyecta expandir el presupuesto para contratar más policías y destinar más recursos para incrementar la logística de las fuerzas de seguridad. El presupuesto de Francia para 2016 prevé ahora un déficit de 3,3% del Producto Interno Bruto, que supera el techo de 3% estipulado por la Unión Europea. Se estima que los gastos adicionales que se volcarán a seguridad rondarán los 1.000 millones de euros.