El plan estatal nació a partir de un sostenido crecimiento en el embarazo de adolescentes de 12 a 16 años y va a sustituir a otro programa también implementado por el gobierno de Rafael Correa, la Estrategia Nacional Interseccional de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo Adolescente, conocido como Enipla. Los datos concretos acerca del programa, que se implementará en mayo, todavía no se dieron a conocer, pero éste ya fue presentado por el presidente ecuatoriano. “El antiguo Enipla decía: ‘gozá y si tenés problemas andá al centro de salud’. La estrategia estaba totalmente equivocada”, dijo Correa. Agregó que “una de las alternativas es la abstinencia” y que el Enipla “se basaba en el hedonismo más puro y vacío: el placer por el placer”.

La propuesta del gobierno intentará que la educación sexual que se brinda en escuelas y liceos pase a tener un aporte importante de la familia de los adolescentes. Correa sostuvo que el enfoque del Enipla “rompía el vínculo con la familia”, por lo cual “el remedio era peor que la enfermedad”. El Enipla declaró obligatoria la educación sexual en 1º de liceo y creó servicios de salud sexual especiales para adolescentes. Esa estrategia que hasta ahora se basaba en la educación y la salud pasará a centrarse en los valores y la familia.

La directora del plan, Mónica Hernández, dijo que el objetivo es “rescatar el rol de la familia como base de la sociedad”. Los medios ecuatorianos han sostenido que Hernández pertenece al Opus Dei, dato que ella ha negado, aunque se declara católica. Las bases del Plan Familia, que fueron publicadas en la página web de periodismo Plan V, sostienen en “base a estudios científicos” que “las adolescentes que tienen protección de sus padres esperan más tiempo a iniciarse en el sexo” y que si viven “con ambos progenitores son tres veces menos propensas a perder su virginidad antes de los 16 años”. El documento también señala: “La vinculación con los padres constituye el factor más importante a la hora de impedir que las chicas se entreguen al sexo fuera del matrimonio y caigan en las drogas y el alcohol”.

Cuando el texto menciona la palabra “familia”, parece hacerlo -aunque no lo explicita- en referencia a la familia tradicional, en ningún momento menciona a las monoparentales o a los hogares formados por parejas homosexuales. Consultada al respecto, Hernández dijo “para mí la familia es mamá, papá e hijos”, y agregó que la Constitución no considera otro tipo de familia. En el documento no se hace mención a la diversidad sexual o a la identidad de género, y tampoco a los métodos anticonceptivos.

Un informe publicado por Plan V señala que la mayoría de los especialistas mencionados en las bases del Plan Familia (especialmente educadores y médicos) pertenecen al Opus Dei o han trabajado en instituciones educativas que pertenecen a este sector de la Iglesia Católica. Uno de esos especialistas es el médico Jokin de Irala, quien asegura: “La libertad humana [...] consiste en construirnos desde los presupuestos de mujeres y varones, que no podemos negar, y no en luchar contra los mismos”. En uno de los tramos el documento critica al Enipla porque “se limitaba a la genitalidad, exponiendo información incompleta sobre anticonceptivos y preservativos, dejando de lado a la familia y la formación de valores”.

Desde que se conocieron estas líneas del programa, varias organizaciones manifestaron su rechazo y decenas de columnas de opinión llenaron las páginas de los diarios. Varias de estas voces señalan que el programa elude algunos de los problemas más importantes referentes a la sexualidad, como el aborto, y que al hacerlo esquiva la posibilidad de tomar soluciones efectivas. A su vez, el programa ha recibido el respaldo de varias organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica, que aplaudieron el lugar que le da a la familia y su llamado a la abstinencia.

También ha habido críticas por una aparente injerencia de la concepción católica de la sexualidad en el nuevo programa. Correa es católico y en este tipo de temas se ha caracterizado por tener una postura conservadora: ha criticado la ideología de género que “académicamente no resiste el menor análisis” y “destruye a la familia”, y ha manifestado su oposición a temas como la legalización del aborto o el casamiento homosexual.

La polémica por el Plan Familiar aumentó la semana pasada, cuando el asesor jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo al diario El Comercio, entre otras cosas, que “el Estado debe enseñar a las mujeres que es preferible que retrasen su vida sexual y que retrasen la concepción para que puedan terminar una carrera”. Al igual que Hernández, cuando fue consultado por las familias de padres homosexuales, Mera respondió: “Eso está prohibido en la Constitución”. Consultado sobre por qué se considera a la violencia sexual un problema de valores, el asesor presidencial respondió: “Las mujeres no se valoran adecuadamente porque se dejan violentar”.

Rápidamente Correa y Hernández advirtieron que no estaban de acuerdo con las declaraciones de Mera, pero su permanencia en el cargo generó que todos entraran en la misma bolsa en las críticas de este sábado, cuando miles de mujeres cargaron pancartas con el mensaje: “Mi cuerpo es mío, no del Estado”.