“Jean-Marie Le Pen parece haber entrado en una verdadera espiral, entre la estrategia de quemar la tierra y el suicidio político”. Esta frase no es de un adversario del fundador y ex presidente del Frente Nacional (FN), es el comienzo del comunicado que emitió su hija, la actual líder de este partido francés de ultraderecha, Marine Le Pen.

La crisis entre los dos Le Pen comenzó cuando Jean-Marie reiteró, como lo hace desde 1987, que las cámaras de gas con las que los nazis exterminaban a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial son “un detalle” de ese conflicto y de la historia. Esta vez, la semana pasada, lo dijo en una entrevista con el canal BFMTV y la radio RMC. Esa postura le valió varias condenas judiciales, porque en Francia está prohibido negar o minimizar esos crímenes. Sus dichos fueron criticados por su hija, que desde 2011 intenta, como líder del FN, borrar la etiqueta “ultraderecha” de su partido. También lo criticaron y tomaron distancia los principales líderes del FN.

Le Pen padre se sintió “traicionado”, y en respuesta le dio una entrevista al semanario de ultraderecha Rivarol, afín a su línea política pero distanciado del FN (el vicepresidente del partido y pareja de Marine, Louis Aliot, tachó ayer a la publicación de “antisemita”). En esa edición del periódico, el fundador del FN repasa sus posturas más polémicas: su apoyo al colaboracionismo francés con los nazis, a los colonialistas, a los partidarios de la monarquía y a opositores de la democracia. Además, critica la política económica de su hija, mucho menos liberal que la que él defiende.

En respuesta, su hija emitió su comunicado y anunció que en el buró político del 17 de abril, citado para definir la candidatura a las elecciones regionales de diciembre, se opondrá a que él sea candidato en su feudo, la región Provence Alpes Côte d’Azur, en el sur, a pesar de que su padre lo daba por hecho en la entrevista. Si esto se confirmara, sería la primera vez que el fundador sufriría una sanción por sus declaraciones.

Desde entonces se sumaron más críticas y pedidos para que Le Pen padre se retire y deje el lugar a su hija. Pero no parece tan fácil. El jefe de los socialistas franceses, Jean-Christophe Cambadélis, consideró ayer que padre e hija se complementan y suman apoyos de sectores distintos. Jean-Marie “seguirá en el FN, porque el FN es él”, y porque “Marine Le Pen es sólo la vidriera nueva de una organización que defiende y desarrolla las ideas de Jean-Marie Le Pen”, afirmó. Además, los estatutos del partido no aclaran cuál sería el mecanismo para destituir a su presidente de honor, cargo creado para el fundador.