La telenovela familiar que parece atravesar el ultraderechista Frente Nacional (FN) francés bajó ayer su intensidad gracias a un comunicado del fundador del partido, Jean- Marie Le Pen. Lo difundió en momentos en que el partido lo cuestiona por haber hecho declaraciones antisemitas y contra los inmigrantes en dos entrevistas, tirando abajo los esfuerzos de su hija, la actual líder del partido, Marine Le Pen, de mejorar la imagen del FN, de “desdiabolizarlo”, como lo han definido en Francia.

En el comunicado, el político de 86 años dice que no quiere “ser cómplice” de la “maniobra” que “amenaza con debilitar peligrosamente” al FN, en referencia a la polémica que desataron sus entrevistas. En una dijo que las cámaras de gas nazis fueron “un detalle” de la historia, y en otra, publicada en el diario de extrema derecha Rivarol, enemistado con su hija, repasó y ratificó sus posturas más polémicas.

Marine le había pedido el jueves -en el informativo central con más audiencia, el del canal TF1- que diera un paso al costado y renunciara a ser candidato a un cargo regional en Provence-Alpes-Côte d’Azur (PACA), en el sur, feudo histórico del FN.

Para no “comprometer la frágil esperanza de supervivencia para Francia que representa el Frente Nacional”, el fundador del partido renunció a esa candidatura a las elecciones regionales de diciembre, aunque su comunicado argumenta que él es el más adecuado para esa batalla electoral. El texto también dice quién debería postularse en su lugar: Marion Maréchal Le Pen, su nieta de 25 años, sobrina de Marine. La joven, que no hizo declaraciones públicas sobre los cuestionamientos a su abuelo, es diputada electa en el Vaucluse, un departamento de la región de PACA y partidaria de una línea dura, cercana al fundador del FN y alejada del discurso políticamente aceptable que impulsa su tía. Ayer, Maréchal anunció que era candidata, y su abuelo deberá presentarse ante un consejo disciplinario por sus declaraciones a los medios.

Esta polémica opacó varios procesamientos de personalidades cercanas a Marine Le Pen. Esta semana tanto su ex consejero económico Nicolas Crochet como la empresa Riwal y su dueño, que estuvieron a cargo de los materiales de campaña del FN en 2012, quedaron imputados por financiamiento ilegal de partidos.