La católica Irlanda aprobó en referéndum el matrimonio homosexual, y se convirtió en el 19º país en incorporar esas uniones y el primero en hacerlo mediante un referéndum. Éste fue celebrado el viernes, y según el primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, la victoria del Sí se debió en parte a que en las últimas semanas más de 60.000 irlandeses se inscribieron por primera vez en el registro electoral, entre ellos muchos jóvenes residentes en el exterior que viajaron para votar. “Creo que desde el punto de vista de los jóvenes, en particular el de aquellos que viajaron desde donde sea para poner simplemente una equis en la papeleta, se demuestra el valor que han otorgado a esta cuestión y la importancia que han dado a la política”, dijo Kenny después de que se conociera el resultado de la consulta, en la que 62% de los votos dieron su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Esta votación tuvo lugar en un país donde la homosexualidad fue despenalizada en 1993 por un fallo judicial, y en donde el aborto sólo es legal en caso de riesgo “real y sustancial” para la vida de la madre. Aunque el país es uno de los más católicos de Europa, todos los partidos políticos hicieron campaña por el Sí. El Institut Iona, una organización que se define como defensora de los intereses católicos, estuvo al frente de la campaña por el No.

El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, dijo al canal irlandés RTE News que la Iglesia Católica debe “abrir los ojos” ante lo que calificó de “revolución cultural”, y lamentó que “la gente de la iglesia” no haya “entendido claramente de qué se trataba” el voto.