La población de Nepal recién empezaba a retomar una vida de relativa normalidad, después del terremoto de 7,8 grados que ocurrió hace dos semanas y que según el último balance oficial de víctimas dejó 8.151 muertos, cuando un nuevo sismo afectó al país. Los comercios comenzaban a reabrir sus puertas y las obras de reconstrucción se estaban iniciando.

Tal y como ocurrió el 25 de abril, hubo escenas de pánico ayer en Katmandú y también en otros puntos del territorio nepalí. La población volvió a salir disparada hacia las calles para evitar estar dentro de los edificios, que podrían derrumbarse. Ayer el nuevo terremoto encontró a la gente ya conmocionada por la experiencia anterior, y muchos edificios que habían resistido en abril pero estaban muy afectados en su estructura esta vez se derrumbaron. El aeropuerto internacional de la capital también estuvo cerrado durante dos horas por precaución.

En un balance provisorio se habían registrado ayer 39 muertos y 1.129 heridos, de acuerdo con lo publicado en la cuenta de Twitter del Centro Nacional de Operaciones de Emergencia del país. Según informó la agencia de noticias AFP, el nuevo terremoto fue de 7,3 grados y también se sintió en el norte de India, en particular en la ciudad de Nueva Delhi, donde también hubo pánico en la gente. Según citó la agencia, las autoridades de India informaron que cuatro personas murieron en ese país, y la televisión estatal china indicó que una persona más había muerto en Tíbet. Además, el sismo principal fue seguido por ocho o más réplicas de entre 4,3 y 6,3 grados.

“Por favor, permanezcan en espacios abiertos, ayúdennos a mantener las vías accesibles, no saturen la red telefónica. Sugerimos que usen los SMS”, pidió la Policía nepalí en un mensaje emitido por Twitter. El pánico que generan los terremotos lleva a la gente a llamar desesperada a familiares y conocidos para saber si se encuentran bien, algo que dificulta las comunicaciones de emergencia.

Minutos después del sismo, el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia del país también recomendó a la población: “Recen al Todopoderoso para que mantenga a salvo a todos los nepalíes en estos difíciles momentos”. El epicentro estuvo esta vez a unos 80 kilómetros de la capital, cerca del campamento de base del Everest, que fue destruido el 25 de abril. Las actividades de montañismo ya habían sido suspendidas y la mayoría de las escuelas recién iba a reabrir sus puertas en los próximos días.