La fiscal estatal de la ciudad de Baltimore, Marilyn Mosby, anunció el viernes que seis policías (tres negros y tres blancos, entre los cuales se cuentan una mujer sargento y un teniente) quedaban imputados por su implicación en la detención de Gray, en su traslado y en la lesión que lo mató. Mosby precisó que considera la muerte de Gray un homicidio provocado por malas prácticas y abusos. La fiscal estuvo a cargo de la investigación independiente sobre la muerte del joven de 25 años y en ese marco examinó las conclusiones de la propia Policía de Baltimore. Concluyó que el arresto no estaba justificado y que se debió sólo a que el joven negro miró a un grupo de policías antes de salir corriendo. Murió una semana después debido a una fractura cervical que sufrió durante su traslado, dijo la fiscal.

Según la investigación de Mosby, Gray se rompió el cuello porque lo esposaron de pies y manos y lo pusieron boca abajo en la camioneta, a pesar de que las reglas de procedimiento indican que debieron haberle puesto el cinturón de seguridad. Tampoco hicieron caso a sus reiterados pedidos de atención médica mientras se le aplicó durante media hora lo que se conoce como “el paseo del cowboy”, que consiste en trasladar a los detenidos sin cinturón de seguridad en la celda metálica de la furgoneta, entre frenazos y giros bruscos, para que se golpeen. Recién después de que llegó con un paro cardiorrespiratorio a la comisaría fue trasladado a un hospital, donde entró en coma y murió una semana después. El cargo más serio, asesinato en segundo grado, que puede implicar hasta 30 años de cárcel, pesa sobre el policía Caesar Goodson, que manejaba el vehículo. Los otros cinco policías enfrentan cargos que van desde homicidio involuntario hasta asalto, detención ilegal e incumplimiento del deber. Todos habían sido suspendidos de sus funciones durante la investigación.

“He escuchado los llamamientos [de los manifestantes] de que sin justicia no habrá paz. Buscaré justicia en su nombre”, dijo Mosby, que es una afroamericana de 35 años, hija de un policía, y que es la fiscal más joven de una ciudad estadounidense. En parte por esto, los defensores de los policías reclaman que la Fiscalía de Baltimore se desentienda del caso y nombre un “fiscal especial” para garantizar la independencia del proceso.

En tanto, el presidente Barack Obama dijo después de que se conocieran las imputaciones que “es absolutamente vital que se descubra la verdad de lo que pasó con Freddie Gray”. Agregó que no iba a hacer comentarios sobre el proceso judicial, y pidió que “se haga justicia”. Recordó además la necesidad de que se presenten todas las pruebas y de que los acusados tienen derecho a un proceso justo. “Creo que la gente de Baltimore lo que quiere por encima de todo es la verdad. Eso es lo que la gente de todo el país espera”, dijo Obama.

Los anuncios de la fiscal fueron recibidos con manifestaciones y festejos en la ciudad, y el sábado de noche hubo una marcha pacífica a la que acudieron personas de todo el país, entre ellas el diputado demócrata por Maryland, Elijah Cummings. “La triste muerte de Gray ha creado finalmente un movimiento”, dijo. A su entender, “esto es el comienzo de algo grande”, que “provocará que los departamentos de Policía de todo el país se replanteen cómo tratan a la gente que detienen”. El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, reconoció ayer que existe una crisis entre la población afrodescendiente y la Policía, y dijo que si se confirma la versión de la fiscal sobre lo ocurrido en Baltimore, se trata de un hecho “indignante e inaceptable” y defendió la iniciativa del gobierno demócrata de obligar a los policías a andar con cámaras de video para registrar sus acciones.

Ayer, en respuesta a los reclamos de ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, que es afrodescendiente, levantó “con efecto inmediato” el toque de queda, que fue denunciado como un abuso más de las autoridades. Lo había decretado el martes, después de las manifestaciones violentas del lunes y debía volver a aplicarse anoche, hasta esta madrugada, por última vez.