Con sorpresa, enojo, esperanza y hasta algo de revanchismo, los políticos argentinos comentaron el resultado que dejó el balotaje del domingo, en el que Rodríguez Larreta fue electo jefe de gobierno porteño -tal como estaba previsto- pero con una ventaja muy ajustada, que no habían advertido las encuestas. Muchos ven el 3,28% de diferencia que el Pro alcanzó en su feudo como un mal augurio para ese partido en las elecciones nacionales. Esa diferencia entre Rodríguez Larreta y Lousteau -candidato de Energía Ciudadana Organizada (ECO)- fue menor que el 5,05% de votos en blanco.

El Pro, que esperaba usar la votación porteña para darse impulso en las nacionales, ayer intentaba diferenciar una instancia de la otra. “Había que ganar y ganamos”, dijo ayer Rodríguez Larreta. Se presentó ante la prensa sin su mentor, Macri, el actual jefe de gobierno de Buenos Aires, que lo había acompañado en las conferencias que dio el día después de sus victorias en la elección interna y en la primera vuelta, cuando logró 20 puntos de ventaja sobre Lousteau. En la conferencia de prensa que brindó con su compañero de fórmula, Diego Santilli, Rodríguez Larreta dijo que Macri está “enfocadísimo en la campaña nacional” y agregó: “No está [en la conferencia] porque la idea era hablar de la elección de la ciudad”.

Durante el festejo que Macri, Rodríguez Larreta y los demás dirigentes del oficialismo porteño tuvieron el domingo de noche, nadie habló de la ajustada ventaja, que fue la menor en un balotaje porteño desde 1996, cuando se instauró la autonomía de la ciudad.

De la ciudad a la Rosada

Ayer arrancó oficialmente la campaña para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 9 de agosto, en las que se definirán los candidatos a presidente para la elección del 25 de octubre. Ésa era la instancia que tenían en mente todos los que comentaron el resultado del domingo.

Uno de los que se pudieron haber alegrado por esa votación fue el diputado Sergio Massa, precandidato presidencial del Frente Renovador, que en su momento fue la esperanza de la oposición argentina pero quedó rezagado en las encuestas. Al comentar la elección porteña recordó la negativa de Macri a aliarse con él en las internas para las elecciones nacionales, y dijo a la radio La Red: “Desgraciadamente no se dio [el acuerdo con Macri]. No hubo conciencia de que construir algo grande requiere pluralidad, generosidad y humildad, no sectarismo y soberbia. Eso, a la hora de ir a las urnas, se paga”. Además, Massa lamentó que “el escenario de despegue nacional de un sector de la oposición se diluyó”.

Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete de la presidenta Cristina Fernández, fue ayer uno de los más duros con Macri, que aparece como el mayor adversario de la fórmula kirchnerista, integrada por Daniel Scioli y Carlos Zannini. El funcionario aseguró que el Pro “no ha ganado en ninguna provincia” en las que se celebraron elecciones hasta ahora. Consideró que ese partido “no compitió en Mendoza porque ganaron los radicales y los conservadores”, en referencia a la victoria de Alfredo Cornejo, de la Unión Cívica Radical, que era candidato de una alianza con el Pro y que le ganó al candidato kirchnerista, Adolfo Bermejo.

De acuerdo con Fernández, “el techo del Pro a nivel nacional es de 30% en Santa Fe, donde más votos sacó” con el humorista Miguel del Sel como candidato, que no fue electo. “El Pro que representa Macri es un partido vecinal, con una versión muy porteña de la política. Es un partido local y en su condición de partido local gana la elección por tres puntos, exactamente 3,28% de diferencia, con Lousteau. Eso es lo que es”, continuó, buscando descalificar a Macri como adversario de Scioli.

Además, Fernández fue uno de los primeros en dirigir sus ataques a Macri por el discurso que dio el domingo. “Macri no ganó nada y en su discurso se dio vuelta como una media”, dijo. El líder del Pro había dicho que en un eventual gobierno encabezado por él, “la primera prioridad” será “terminar con la pobreza en la Argentina”, y que mantendrá la Asignación Universal por Hijo. Además, se refirió a las estatizaciones que realizó el kirchnerismo. “Nos dicen que hay dos alternativas, que son privatizar mal, como en los 90, o administrar pésimo, como en los 2000, y eso es absolutamente falso”, dijo Macri. En ese marco prometió que la empresa Aerolíneas Argentinas “seguirá siendo estatal pero bien administrada”, y dijo que también la petrolera YPF “seguirá manejada por el Estado”. Agregó: “YPF va a liderar la recuperación de la soberanía energética que este gobierno perdió”. También dijo que los peronistas privatizaron y que “ahora confiscaron, violando la Constitución”, y generaron “mucho descrédito” al país.

Para los dirigentes del Frente para la Victoria (FpV), que Macri no quiera revertir las nacionalizaciones y hable de reducir la pobreza es un giro drástico en su discurso. Es cierto que el perfil de clase más bien acomodada de sus votantes en la ciudad no justificaba este tipo de posturas hasta ahora, y que Macri no se ha destacado por sus políticas sociales.

El hijo también

Máximo Kirchner, el hijo de la presidenta argentina, que encabeza la lista de diputados nacionales del FpV en la provincia de Santa Cruz, tampoco perdió la oportunidad de pegarle al líder del Pro. “Uno quiere una oposición en Santa Cruz y en la Argentina que les sirva a todos. Cuando ayer escuchaba a Macri hablar de la Asignación Universal y de Aerolíneas pensé que era Mariano Recalde [el presidente de Aerolíneas Argentinas y ex candidato kirchnerista a jefe de gobierno porteño]”, dijo en una entrevista con Radio Nacional, de Santa Cruz.

“Cómo ha cambiado. Bien puesto el nombre ‘Cambiemos', entonces, porque ahora quieren dejar todo lo que hace un año y medio querían derogar”, ironizó Kirchner, en referencia al nombre de la alianza que integra el Pro. Además, pidió a “la sociedad” que esté “atenta con estas muestras de hipocresía, porque muchos de los agravios y ataques” que recibió el kirchnerismo “tienen que ver con la defensa de estas políticas”, dijo, y denunció que Macri está haciendo “una mera especulación política”.

Scioli no fue tan duro como el jefe de Gabinete, porque dijo que “debe ser reconocido [...] el legítimo triunfo de [Rodríguez] Larreta; fue ajustado pero ganó”. Sin embargo, se dio el gusto de atacar a Macri reconociendo el buen desempeño de Lousteau. “Lo que se transmitía era que iban a ganar por más de diez puntos, y si uno suma los votos de Lousteau y los votos en blanco, ve que hay una posición muy crítica. Siento que los dejó con un sabor amargo, evidentemente conociendo muy bien -más allá de lo político- a las personas”, dijo el candidato presidencial del kirchnerismo a La Red.

Coincidió con el resto del oficialismo y estimó que “lo que más sorprendió fueron las contradicciones” de Macri al hablar en su discurso de YPF, Aerolíneas Argentinas y las asignaciones, porque el jefe de gobierno porteño “votó sistemáticamente en contra de esas iniciativas” durante los últimos años. Scioli dijo que esa contradicción “hace mucho más confiable, previsible y alentadora” su propia candidatura, porque es “la expresión genuina, original, coherente de estas políticas”.

Además, anunció que piensa “convocar, más allá de los sectores que integran el FpV, a los socialistas y radicales progresistas” que coinciden con su intención de “desarrollar las economías regionales, lograr más y mejor empleo, traer inversiones” pero “no se sienten representados por una expresión de una derecha conservadora, una vuelta al pasado”. Se le preguntó si también convocaría a Lousteau, algo que no descartó, y continuó elogiando “el esfuerzo” que hizo el militante de la Coalición Cívica (CC) al mantenerse como candidato en el balotaje del domingo.

Justamente, la dirigente de la CC Elisa Carrió no disimuló su enojo por el resultado, y escribió en Twitter que los “encuestadores deberían estar presos por mentirosos”. Éstos, consultados por el diario La Nación, aseguraron que el resultado estaba dentro de su margen de error. Carrió, que es precandidata a presidenta en Cambiemos junto a Macri y el líder de la UCR, Ernesto Sanz, dijo que votó a Lousteau, pero era partidaria de que el candidato abandonara el balotaje para cuidar la alianza nacional.

Lousteau terminó de hacer leña del arbol caído. “Yo en las PASO voy a votar a Sanz, y después en las generales voy a acompañar a los candidatos a presidente de nuestro espacio”, dijo a Radio Mitre, en referencia al líder radical que lo apoyó sin vacilar en las elecciones del domingo y estuvo con él en el estrado, festejando una derrota con sabor a victoria. Después aclaró que si en la interna de Cambiemos gana Macri, votará por Margarita Stolbizer, la candidata del Frente Progresista, porque entiende que representa “a nivel nacional al espacio socialdemócráta”, al que definió como suyo. Mientras todos apuntan a agosto y octubre, Lousteau y sus allegados quizá estén mirando más lejos. “Lousteau 2019, presente y futuro”, decía uno de los carteles en el búnker de ECO el domingo.