Europa comenzó a enviar señales positivas a Grecia ayer, después de que el Parlamento griego aprobara las primeras medidas exigidas para empezar a negociar un tercer rescate. El Eurogrupo (integrado por los ministros de Finanzas de la zona euro, el presidente del Banco Central Europeo -BCE- y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios) se reunió a primera hora, dio la bienvenida a la votación del Parlamento griego, y aprobó la propuesta de la Comisión Europea de enviar 7.000 millones de euros a Atenas. Esta medida necesita también la aprobación de los nueve estados de la Unión Europea que no integran la zona euro. El importe del préstamo será descontado del tercer rescate, y el dinero deberá destinarse a la reapertura de los bancos, anunciada para el lunes, y el pago de 3.500 millones de euros que debe hacer Atenas al BCE ese mismo día.

Más tarde, el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció que el organismo decidió aumentar el máximo de créditos de emergencia que los bancos griegos pueden pedir al BCE por intermedio del Banco de Grecia. Los bancos griegos dependen desde hace meses de ese crédito para seguir funcionando, y el BCE había congelado esos fondos cuando el gobierno griego convocó al referéndum. El aumento del crédito es mínimo: de 88.600 millones de euros a 89.500 millones.