El Servicio Electoral, responsable de organizar y fiscalizar las elecciones en Chile, se excusó diciendo que importa el padrón electoral directamente del Registro Civil -encargado de entregar las cédulas de identidad– y que los errores en las direcciones de los votantes son de ese organismo. El error implica no sólo que las personas afectadas tengan que hacer largos trayectos si optan por ir a votar, sino también que estas personas votarán a alcaldes que no gobernarán sus ciudades sino otras.

El gobierno informó que no podía corregir este error, que derivó en una multitud de reclamos desde distintos frentes. Por un lado, los municipios reclamaron que el gobierno disponga los traslados de los votantes afectados. “Los errores del Registro Civil atentarán contra la participación [...] El Estado debe asumir la responsabilidad de su negligencia”, criticó el presidente de la Comisión de Transporte de la Asociación de Municipalidades de Chile, Rodrigo Delgado. Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Osvaldo Andrade, y la senadora opositora Lily Pérez dijeron que si el problema no podía solucionarse para el domingo era necesario postergar las elecciones, una posibilidad que fue rechazada en el Congreso y por el gobierno.

Para diversas organizaciones, entre ellas varias que reúnen a estudiantes, este error fue el colmo, y por eso pidieron la abstención en las elecciones. “Contra la mentira, la corrupción y la ineptitud, Chile elige abstención”, decía una de las pancartas que utilizaban el miércoles estudiantes de liceos y universidades que se movilizaron en varias ciudades chilenas.

En un intento de solucionar la situación, el gobierno decidió impulsar un proyecto de ley para que los 500.000 votantes afectados fueran habilitados para votar en sus ciudades de residencia. Sin embargo, La Moneda optó por retirar el proyecto después de verificar que no contaba con apoyo suficiente en el Congreso. Esta decisión de dar marcha atrás con la iniciativa generó críticas tanto en la coalición oficialista Nueva Mayoría como en la alianza opositora Chile Vamos.

En el oficialismo, Andrade dijo que fue “un error” no haber perseverado con el proyecto: “Debería haberse insistido y debería haberse votado”. El presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco, dijo que esta situación era un “bochorno” para la política chilena. “Hemos estado presos entre la ineptitud de los que tenían que resolver este tema y la confrontación política”, dijo.

Según los diarios chilenos La Tercera y El Mercurio, fueron diputados y senadores de la alianza oficialista los que se negaron a respaldar el proyecto de ley si no había destituciones en el gobierno por el error del Registro Civil. Algunos de los más críticos lo dijeron abiertamente. “Si yo fuera ministro, ya no estaría en el gabinete”, afirmó el diputado oficialista Aldo Cornejo. “El gobierno actuó tarde y con liviandad. Después del 23 de octubre va a haber una fila de parlamentarios para exigir las responsabilidades”, dijo el presidente del Senado, el oficialista Ricardo Lagos, hijo del ex presidente chileno que lleva su mismo nombre.

Algunos menos

Quizás adelantándose a esos reclamos, la presidenta Michelle Bachelet dispuso el miércoles un cambio en el gabinete marcado por cuestiones electorales. Una de las salidas fue la de Javiera Blanco, titular del Ministerio de Justicia, que tiene bajo su órbita al Registro Civil y al Servicio Electoral. Blanco ya era muy criticada por su gestión al frente de otros organismos, especialmente aquellos que son responsables de gestionar los centros de rehabilitación de adolescentes y de adultos que cometieron delitos.

Hubo otros dos cambios. Uno fue la salida del ministro de Bienes Nacionales, Víctor Hugo Osorio, que fue sustituido por Nidia Palma. El otro fue el cambio en el Ministerio de Energía, donde Andrés Rebolledo sustituyó a Máximo Pacheco, que asumirá como líder de campaña del ex presidente Ricardo Lagos, quien busca participar en las elecciones presidenciales de 2017.

Los cambios fueron calificados de insuficientes tanto por la oposición como por el oficialismo, y varios dirigentes dijeron que esperaban la salida de alguno de los jerarcas más próximos a Bachelet, algún integrante del llamado “gabinete político”. La coalición opositora Chile Vamos anunció que evalúa si pedir una interpelación o directamente recurrir a la Justicia para que “los ministros responsables” sean castigados por sus errores.

Las equivocaciones en el padrón, el desencantamiento de los chilenos por la política, derivado de los casos de corrupción que se han dado a conocer en los últimos años, y el poco conocimiento de los candidatos debido a una reforma que restringió la publicidad en los espacios públicos, hacen temer que la participación sea menor a la de elecciones anteriores en un país donde el voto no es obligatorio. Una señal de alerta se encendió en las primarias, en las que participó sólo 5% de los habilitados para votar.

Para contrarrestar una eventual alta abstención, el gobierno lanzó un video denominado “¡Votar te hace grande!”, en el que personas de más de 18 años preguntan por qué o para qué votar y niños les responden acerca de la importancia de la participación en las decisiones colectivas y de la democracia.