Ayer comenzó en Francia el juicio contra la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, acusada de negligencia en su cargo de ministra de Finanzas del ex presidente francés Nicolas Sarkozy (2007-2012). Si es declarada culpable, Lagarde podría ser condenada a hasta un año de cárcel y una multa de 15.000 euros.

Se la acusa por un caso que involucra al empresario y ex ministro socialista Bernard Tapie, que en 1993 vendió Adidas, obligado a hacerlo para ingresar al gobierno de François Mitterrand. Vendió la empresa por medio de un banco estatal que luego la revendió por casi el doble. Cuando Tapie exigió una indemnización porque consideró que había sido engañado por el Estado, Lagarde ordenó que el asunto se resolviera con un arbitraje privado, pese a que la Agencia de Participación del Estado estaba en contra. El arbitraje fue favorable a Tapie, que recibió una compensación de 403 millones de euros y Lagarde optó por no apelar la resolución, pese a la opinión contraria de organismos estatales.

La Fiscalía considera que la “negligencia y precipitación” de Lagarde hicieron que el Estado malgastara ese dinero.