El domingo 11 Maduro anunció que retiraría de circulación los billetes de 100 bolívares. Argumentó que “mafias” estaban reteniendo estos billetes, que son los de mayor valor y los más usados en Venezuela (48% de los billetes tienen esta denominación), para dejar a los venezolanos sin efectivo y generar malestar social.

El gobierno había anunciado que había tiempo hasta el jueves 16 para que la gente cambiara esos billetes en los bancos. Durante la semana pasada los bancos tuvieron filas kilométricas de personas que, según contaron a las agencias de noticias internacionales, tuvieron que dejar de lado todas sus responsabilidades para cambiar el dinero que tenían. La mayoría de las instituciones bancarias no extendieron sus horarios de atención e incluso varios bancos privados se quedaron sin efectivo para cambiar esos billetes, por lo que tuvieron que dejar de hacer el canje. El viernes el cambio se podía hacer exclusivamente en el Banco Central de Venezuela, que tiene dos sucursales: una en Maracaibo y otra en Caracas. El horario terminaba a las 18.00, pero en ese momento centenares de personas seguían afuera haciendo cola en ambas ciudades.

Para paliar la situación el gobierno adoptó medidas dirigidas al uso del efectivo y anunció planes para promover los medios de pago electrónico, los sistemas de débito o crédito -con los que cuenta 60% de la población, según la cadena BBC-, estableció la gratuidad de los servicios de transporte hasta hoy y anunció una extensión del plazo para que las personas depositaran los billetes de 100 bolívares en los cajeros del Banco Central.

Pero esas medidas no fueron suficientes, y el viernes hubo disturbios en diez estados: en algunos por el cierre de las sucursales del banco público (como en Maracaibo) y en otros porque la gente ya no podía hacer compras con los billetes de 100 bolívares. Varias ciudades solicitaron al gobierno nacional refuerzos policiales y algunas unidades del Ejército fueron reubicadas para tareas de seguridad. En Bolívar se llegó a prohibir por decreto circular de noche en auto.

Según el gobierno, 300 personas fueron detenidas, acusadas de generar violencia en las protestas. De acuerdo con la oposición, entre esos detenidos hay activistas de los partidos Voluntad Popular y Primero Justicia. El diputado opositor Ángel Medina también denunció que murieron tres personas en El Callao, en el estado de Bolívar, en los disturbios.

El sábado, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática emitió un comunicado en el que criticó al gobierno. “Los hechos ocurridos en las últimas horas son producto de un plan elaborado por el gobierno para sembrar el caos o consecuencia de su ineptitud”, afirmó. Además, pidió al gobierno que desistiera de la medida de retirar los billetes de 100 bolívares. La situación llevó a que Maduro anunciara el sábado que el retiro de circulación de los billetes de 100 bolívares se postergaba hasta el 2 de enero. “Hemos rescatado el billete de 100 bolívares”, dijo Maduro, que aseguró que durante la semana pasada el gobierno pasó de tener 5% a tener 70% de los billetes con esa denominación.

Maduro explicó que el cronograma de retirada de los billetes no funcionó porque no llegaron a tiempo los billetes y monedas que los reemplazarían. Venezuela se proponía empezar a utilizar, desde el jueves, billetes de entre 500 y 20.000 bolívares, así como monedas de 10, 50 y 100.

El país sufrió un “sabotaje” y por eso no llegó ese dinero, dijo Maduro. Agregó que tres aviones que estaban trasladando los billetes y las monedas de Suecia a Caracas fueron “desviados”. No aclaró quién dio la orden, aunque atribuyó la responsabilidad a “las mismas mafias” que según afirma están detrás del retiro de efectivo en Venezuela, y también al presidente estadounidense, Barack Obama. El diario español El País informó que el dinero está en Suecia listo para ser enviado, pero el gobierno venezolano todavía no pagó la impresión.

Maduro también anunció que se prorroga hasta el 2 de enero el cierre de las fronteras con Colombia y Brasil, países a los que las “mafias” trasladan el efectivo, aunque habrá “corredores humanitarios”, dirigidos en particular a las familias que quieren unirse para Navidad y Año Nuevo.