“Ordené al Ministerio de Relaciones Exteriores que complete en 30 días una reevaluación de todos nuestros contactos con la ONU, incluyendo el financiamiento israelí de instituciones de la ONU y la presencia de representantes de la ONU en Israel”, dijo el sábado Netanyahu en un discurso que fue transmitido en vivo por televisión. De esa manera, anunció la primera de una serie de medidas que tomó su gobierno en rechazo a la resolución aprobada el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU.

El primer ministro aclaró que ya exigió la suspensión del financiamiento a cinco instituciones de la ONU -a las que Israel enviaba casi ocho millones de dólares por año- que son “particularmente hostiles hacia Israel”. También aseguró que su país no cumplirá con la petición del Consejo de Seguridad y advirtió que “los que trabajen con Israel ganarán y los que no, perderán”.

La resolución, votada por los 15 miembros del organismo de la ONU, fue aprobada por 14 votos a favor y una abstención, la de Estados Unidos, que marcó un quiebre con su tradicional postura de proteger diplomáticamente a Israel. Es la primera vez en más de tres décadas que Estados Unidos no utilizó su poder de veto para respaldar a Israel, a pesar de las presiones que existieron durante los días anteriores a la votación. El sábado Netanyahu calificó la abstención de “vergonzosa” y ayer fue más allá al acusar directamente al actual presidente estadounidense, Barack Obama: “Según la información que tenemos, no nos cabe duda de que la administración Obama estuvo detrás de su gestación, la apoyó, coordinó su redacción y exigió su aprobación”.

Además, el líder israelí advirtió que la resolución “no sólo no acercará la paz, sino que la alejará”, y se manifestó confiado en que la medida se revertirá una vez que asuma el futuro gobernante de Estados Unidos, Donald Trump.

El presidente electo fue el otro actor que presionó al Consejo de Seguridad para que frenara la resolución y cuestionó especialmente a Obama, a quien le pidió que vetara la propuesta. De esta manera, y como hizo en otras ocasiones desde que ganó las elecciones, Trump intentó intervenir en materia de política exterior a pesar de que todavía no gobierna. El fin de semana aseguró en Twitter que “las cosas serán diferentes” con respecto a la ONU cuando él llegue a la Casa Blanca, en menos de un mes.

Por otra parte, el gobierno de Israel convocó ayer a los embajadores de los países del Consejo de Seguridad para manifestarles su “protesta formal” a la resolución aprobada el viernes. Fuentes diplomáticas consultadas por la agencia de noticias Efe explicaron que, a pesar de que era Navidad, representantes de Angola, China, España, Egipto, Francia, Gran Bretaña, Japón, Rusia, Ucrania y Uruguay se trasladaron a la cancillería en Jerusalén para una “reunión de clarificación”. En la tarde de ayer trascendió que el rechazo de Israel también fue planteado al embajador estadounidense en Tel Aviv, Dan Shapiro, en una reunión que el diplomático mantuvo con el propio Netanyahu.

Los únicos países que no fueron convocados son Malasia, Nueva Zelanda, Senegal y Venezuela, los cuatro que presentaron la resolución el viernes. Un día antes, el impulsor original de la iniciativa, Egipto, la había retirado de la mesa por las presiones que recibió desde Israel.

El sábado, como represalia, Netanyahu suspendió a Senegal su ayuda financiera en un proyecto de plantación en una zona pobre y canceló la visita de su canciller, Mankeur Ndiaye, que estaba prevista para dentro de tres semanas. Además llamó a consultas a su embajador en Nueva Zelanda y canceló una visita del primer ministro de Ucrania, Volodymyr Groysman, porque su país votó a favor de la resolución.

En el marco de esas medidas, el gobierno también anunció la suspensión de los contactos de carácter “civil y político” con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). La orden no afectaría la cooperación en materia de seguridad, según informó Ynet, la edición digital del diario Yediot Aharonot.

La resolución motivó que el ministro israelí de Educación, el nacionalista Naftalí Bennet, llamara a anexionar las zonas C de Cisjordania, que según los acuerdos de Oslo representan algo más de la mitad del territorio palestino. “Hay dos alternativas: rendirse o buscar la soberanía. Rendirse y ceder lo hemos intentado desde hace 25 años. Ha llegado el momento de pasar a la soberanía”, dijo a Ynet.

Mientras tanto, Estados Unidos se dedicó a defender la abstención. La embajadora de ese país ante la ONU, Samantha Power, dijo que Washington no vetó la resolución porque “refleja los hechos en el terreno”, pero que tampoco votó a favor porque el Consejo de Seguridad “sigue estando con frecuencia predispuesto contra Israel, porque hay temas importantes que no habían sido abordados lo suficiente y porque Estados Unidos no coincide con todas las palabras en el texto”.

Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, explicó que su país se abstuvo porque, a pesar de no coincidir con todos los aspectos planteados, el texto “condena justamente la violencia y la incitación y la construcción de asentamientos e insta a ambas partes a tomar pasos constructivos para revertir la tendencia actual y avanzar en las perspectivas de una solución a dos Estados”.

Del otro lado

El texto aprobado el viernes por el Consejo de Seguridad pide a Israel que detenga “de inmediato” la expansión de los asentamientos en territorios palestinos ocupados y advierte que la comunidad internacional no reconocerá ninguna alteración de las fronteras establecidas antes de la guerra de junio de 1967 si no hay un acuerdo previo entre las dos partes. Además, establece que la construcción de asentamientos por parte de Israel “no tiene validez legal y constituye una flagrante violación al derecho internacional”.

La resolución fue aplaudida por los palestinos. Un portavoz del gobierno de la ANP señaló el sábado, en declaraciones a la agencia oficial Wafa, que la votación es un “logro histórico”. A su vez, dijo que supone un golpe duro para Israel y que demuestra el “fuerte apoyo a la solución de los dos Estados en la comunidad internacional”. Para la ANP, “la decisión marca un hito importante e histórico para apoyar y consolidar las bases de la paz en la región, poner fin a la ocupación y alcanzar la plena soberanía sobre la totalidad de los territorios palestinos ocupados en 1967 con capital en Jerusalén Este”.

En tanto, el secretario general de la Organización para la Liberación Palestina, Saeb Erekat, afirmó que el viernes fue “un día histórico en la lucha palestina contra la colonización” y marcó “una victoria del derecho internacional”.