El ex presidente chileno Sebastián Piñera, probable candidato de la derecha a las elecciones de 2017, se declaró a favor de endurecer las barreras para la entrada de inmigrantes y de expulsar a aquellos extranjeros que cometan delitos graves. “Hay que tener una política dura con los delincuentes que están llegando. Hay que expulsarlos”, dijo la semana pasada al diario La Tercera. “Muchas de las bandas de delincuentes que hay en Chile, como las que clonan tarjetas, están integradas por extranjeros”, agregó. Para Piñera, su país “debe estar abierto a recibir inmigrantes que aporten” a su “desarrollo”, pero “debe cerrar sus fronteras al narcotráfico, a la delincuencia, al contrabando, al crimen organizado y también a la inmigración ilegal”.

El ex presidente lamentó que con la llegada de la socialista Michelle Bachelet al gobierno quedara abandonado un proyecto de ley que había promovido su administración para cambiar las reglas migratorias. Dijo que quien gane las elecciones de octubre de 2017 “va a tener que hacerse cargo de este problema” y “no enfrentarlo con xenofobia ni con racismo, pero sí con decisión, voluntad, coraje e inteligencia”.

“Una de las innovaciones y mejorías que la nueva ley debe incorporar es facilitar la expulsión de aquellos migrantes que cometen delitos graves en nuestro país”, afirmó Piñera. Recordó que su gobierno llevó adelante una política para promover que los extranjeros condenados en Chile cumplieran sus penas en sus países de origen, “particularmente en Bolivia y Perú”, aclaró, y después se les prohibía el regreso a Chile por un plazo determinado.

Comparado con Trump

Las declaraciones de Piñera fueron criticadas por otros dirigentes, como el ex presidente Ricardo Lagos, que también aspira a ser electo para otro mandato en 2017, en su caso por la coalición que ahora está en el gobierno, Nueva Mayoría. “Lo peor sería que usáramos estos temas como banderas políticas”, dijo Lagos a la radio Duna. A su entender, Chile debe tratar con los países vecinos el asunto de la migración irregular. “El tema migratorio es internacional más que de política doméstica. Cuando es un tema de política doméstica caemos en la versión Trump”, agregó Lagos.

También el diputado del Partido Socialista Daniel Melo hizo esa comparación. Dijo que “el ex presidente Piñera y los parlamentarios de [su coalición de derecha] Chile Vamos han sido contagiados con el pensamiento de Donald Trump, y quieren poner a los inmigrantes como enemigos con el fin de sacar ganancias electorales”.

En respuesta a estas reacciones, informó La Tercera, Piñera aclaró: “Donald Trump es un caso absolutamente aparte, él quiere deportar a 12 millones de personas, quiere construir un muro que separe a México de Estados Unidos. Yo no quiero construir ningún muro y no queremos deportar a ningún inmigrante que esté en Chile de forma legal”. Agregó: “Lo que sí queremos es que no sigan entrando a Chile el narcotráfico, el crimen organizado, el contrabando o la inmigración ilegal, y eso yo sé que es un anhelo que comparto con la inmensa mayoría de los chilenos y con la inmensa mayoría de los inmigrantes que están hoy en Chile”.

La centroizquierda chilena cree que hay que cambiar la legislación, pero no para restringir la entrada de inmigrantes sino porque la ley actual fue aprobada en dictadura, en 1975, y no está adaptada a tratados internacionales que el país firmó.

La vocera del gobierno de Bachelet, Paula Narváez, dijo que “hay una Ley de Migraciones que debe actualizarse” y que se “apurará” un proyecto de ley sobre el tema que está en proceso de aprobación. La propia Bachelet se refirió a este debate. Dijo que “los migrantes, con su diversidad y sus ganas de surgir, son un aporte a Chile en muchos sentidos” y recordó que también hay 900.000 chilenos que viven en otros países. “Así como queremos que a nuestros compatriotas los traten bien afuera, nosotros también tenemos que preocuparnos por las personas de otros países que viven, trabajan y contribuyen en Chile”, agregó Bachelet.

Desde el otro lado

El discurso de la derecha chilena contra la llegada de extranjeros se enmarca en un momento en que la migración tradicional de peruanos, bolivianos y argentinos es sustituida por la de otras procedencias: dominicanos, ecuatorianos, venezolanos y, en particular, haitianos.

La migración proveniente de Perú, que había conformado en Chile un colectivo de unas 300.000 personas, ahora se frenó, según dijo el cónsul peruano en Chile, Alejandro Riveros, al diario El Comercio: “La migración en América del Sur es principalmente económica y Chile no está creciendo como en años anteriores. Muchos peruanos que están aquí se están regresando a nuestro país y mucha gente de Perú ya no viene, porque no tiene muchas esperanzas de encontrar mejores oportunidades de trabajo acá”.

Cuando el periódico peruano le preguntó a Riveros sobre la discriminación que ha sufrido la colectividad peruana en Chile, el cónsul dijo que se trató de un problema vinculado con la llegada masiva de peruanos y con “el choque de costumbres”, pero que de a poco los inmigrantes se adaptaron a la sociedad chilena.

Ahora es Haití el lugar del que proviene el mayor número de migrantes. Según cifras oficiales citadas por la agencia de noticias Efe, este año llegaron en promedio 200 haitianos por día a Chile. En noviembre, varios medios chilenos citaron un artículo de la cadena Bloomberg que afirma que más de 34.000 haitianos ingresaron al país en los primeros nueve meses de 2016, y que Chile alcanzaba así un ritmo de ingreso de inmigrantes, en relación con la población, similar al de Reino Unido.

“Por el color, por el lugar del que venimos, por no hablar el idioma, hemos recibido mucha discriminación principalmente en las escuelas. [...] Recibo palabras al aire, gestos, pero eso ya no molesta, porque estoy acostumbrado”, dijo a la Radio Universidad de Chile Wilder Darseling,un inmigrante haitiano de 34 años que trabaja en el sector de la construcción. Al igual que otros inmigrantes, Darseling eligió vivir en Quilicura, una zona de la región metropolitana de Santiago donde se consiguen habitaciones baratas para alquilar. El alcalde de Quilicura, Juan Carrasco Contreras, dijo a la radio chilena que fue necesario adoptar distintas medidas, enfocadas en particular en los ámbitos estatales, para implementar una política migratoria y evitar la exclusión y la discriminación que enfrentan los inmigrantes.

Si se cumple lo que prevén las encuestas, hay buenas posibilidades de que sea Piñera el próximo presidente y lidere, entre otras, la política migratoria chilena. Una encuesta de la firma Adimark divulgada la semana pasada concluye que el ex presidente y el senador independiente Alejandro Guillier aparecen primeros en intención de voto, en la que Lagos ocupa el tercer lugar. Por ahora ninguno de ellos fue proclamado candidato.

En todo caso, la coalición de Piñera, Chile Vamos, ya creó una comisión específica para tratar la situación migratoria del país, con miras a restringir la llegada de extranjeros, y el principal rival del ex presidente dentro de esa alianza, Manuel José Ossandón, también ha dicho que las leyes migratorias deben ser más restrictivas.

Una encuesta de la consultora Cadem divulgada el lunes muestra que estas propuestas pueden tener un buen recibimiento entre los votantes. Según el sondeo, 75% de los chilenos está a favor de restringir el ingreso de inmigrantes, 71% opina que la cantidad de extranjeros que viven en su país es alta y 66% opina que se debe expulsar a aquellos que están indocumentados.