Las autoridades belgas lograron identificar a los tres responsables de las dos explosiones que tuvieron lugar el martes en el aeropuerto de Bruselas y del ataque en la estación de metro de Maelbeek. Se trata de los hermanos Ibrahim y Khalid el Bakreoui -identificados la semana pasada- y de Najim Laachraoui, un jihadista de 24 años que participó en los atentados de París. La Policía de Bélgica sigue buscando al jihadista que en las imágenes captadas por las cámaras del aeropuerto aparece con un sombrero y que suponen que huyó después de dejar allí una valija con explosivos que no logró detonar. Además, sospechan que Khalid, que se inmoló en la estación de metro, podría haber actuado con otra persona.

La ministra de Salud belga, Maggie de Block, publicó ayer en Twitter que otras cuatro víctimas de los atentados murieron en el hospital, por lo que el número total de muertos aumentó a 35. El Centro de Crisis de Bélgica confirmó que esta cifra no incluye a los tres atacantes suicidas.

El domingo, después de realizar 13 redadas en Bruselas y Amberes, la Fiscalía de Bélgica anunció el arresto de tres personas, identificadas como Yassine A, Mohamed B y Aboubaker O, según un comunicado. El jueves habían sido detenidos Aboubaker A y Fayçal C, este último acusado de liderar actividades de un grupo terrorista, participar en un asesinato terrorista y en una tentativa de asesinato terrorista.

Los medios belgas explicaron que se trataba de Fayçal Cheffou, un “periodista que trabaja por su cuenta”. Publicaron que era el tercer responsable del ataque en el aeropuerto y que el taxista que llevó a los tres terroristas hasta el lugar de los ataques ya lo había identificado. El alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, dijo al diario belga Le Soir que Cheffou era “peligroso” y que había sido detenido varias veces por animar a los extranjeros solicitantes de asilo en su país “a convertirse al extremismo”. Sin embargo, esa hipótesis se debilitó ayer cuando la Fiscalía anunció que Cheffou había sido liberado por falta de pruebas y lanzó nuevamente una campaña para encontrar al “hombre del sombrero” que aparecía en las cámaras. Aboubaker A continuaba ayer en prisión preventiva.

En Bélgica también están detenidos Rabah N y Abderamane A, acusados de preparar un atentando en la periferia de París la semana pasada. Según la agencia de noticias Belga, Abderamane A, que fue detenido el sábado luego de recibir un disparo durante una redada en el distrito de Schaerbeek, es sospechoso de estar vinculado con Reda Kriket, un terrorista francés arrestado la semana pasada en su apartamento, donde la Policía encontró armas y explosivos que delataron sus planes de llevar a cabo un nuevo atentado en Francia. El año pasado, Kriket había sido condenado en ausencia a cinco años de prisión junto al supuesto coordinador de los ataques de París, Abdelhamid Abaaud, después de que se emitiera una orden de arresto internacional contra él por su implicación en una red de captación jihadista. Abaaud murió durante una redada policial, pero a Kriket todavía lo buscaban las autoridades belgas.

La Policía antiterrorista también tuvo actividad en otros rincones de Europa. Ayer detuvo en Róterdam, Holanda, a un ciudadano de nacionalidad francesa que también estaba implicado en la preparación de un nuevo atentado en Francia. Según informó el diario El País de Madrid, los fiscales franceses intentaban que fuera extraditado a su país. En el sur de Italia, y a pedido de Bélgica, fue arrestado el argelino Djamal Eddine Ouali, sospechoso de haber fabricado documentación falsa para personas vinculadas con los ataques de Bruselas, de acuerdo con información que recoge la cadena Sky TG 24.

Trabajo en equipo

La identificación de Laachraoui, el atacante que detonó los explosivos que llevaba consigo, junto a Ibrahim el Bakreouni, en el aeropuerto de Bruselas, resulta clave para confirmar la posible vinculación de estos atentados con los de noviembre en París. La Fiscalía belga confirmó el viernes que el ADN de Laachraoui se encontró “en un cinturón explosivo y en un trozo de pañuelo utilizado en el tiroteo de [la sala de conciertos] Bataclan, así como en un explosivo del Estadio de Francia”. El terrorista, de origen belga, también dejó huellas en dos de las casas utilizadas para preparar los ataques de París. Laachraoui, quien para muchos medios fue quien se encargó de preparar los diferentes explosivos utilizados por EI, era el acompañante de Salah Abdeslam cuando en setiembre este fue detectado en un control en la frontera austrohúngara.

Abdeslam fue detenido unos días antes del atentado en Bruselas por su participación en los ataques de París. Primero rechazaba su extradición a Francia y colaboraba con la Policía con información sobre los atentados de París. Pero después de los de Bélgica, el abogado de Abdeslam explicó que su cliente está dispuesto a ser trasladado a Francia. En su último interrogatorio Abdeslam se negó a hacer “la más mínima declaración”.

Bélgica reconoció el viernes que cometió errores en su estrategia antiterrorista, por ejemplo, al no tratar de manera adecuada la información sobre Ibrahim el Bakraoui, el terrorista que Turquía deportó a Holanda y que entró a Bélgica sin problemas. El ministro del Interior belga, Jan Jambon, admitió que hubo “negligencia” en la gestión del caso de El Bakraoui y consideró “inaceptable” que no se hiciera “nada esencial” entre su detención en Turquía y su deportación a Holanda, cuando tenía un “claro perfil de potencial terrorista”. Jambon también aseguró que abriría un expediente disciplinario para el funcionario de la Policía belga que recibió la alerta de Turquía por este caso.

Unas horas antes, el primer ministro belga, Charles Michel, confirmó que en julio su país enviará aviones caza para bombardear a EI en Irak y posiblemente en Siria, después de un encuentro con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. El ministro de Defensa belga, Steven Vandeput, dijo a la cadena RTL que se trata de “reanudar” las operaciones en Irak y admitió que está a favor de atacar también en Siria, “allí donde se encuentre EI”, aunque reconoció que el debate está abierto en el gobierno.