Pocas horas después de que las banderas de Estados Unidos dejaran de flamear en la puerta de la Casa Rosada en homenaje a la visita del presidente Barack Obama, en la avenida más ancha del mundo una inscripción intervenía el Obelisco: 40 años. A las dos de la tarde del jueves 24, el cruce de Avenida de Mayo y la 9 de julio ya estaba colmado por una multitud que se preparaba para marchar hacia la Plaza de Mayo para festejar el Día por la Memoria, Verdad y Justicia, a cuatro décadas del Golpe de Estado que instauró la dictadura cívico- militar más sangrienta de la Argentina. No sólo la cifra redonda fue significativa. La conmemoración histórica se realizó en el contexto de la primera visita de un presidente estadounidense en once años y es la primera marcha (explícitamente opositora) bajo el gobierno de Mauricio Macri, que el 10 de marzo cumplió cien días. Esas circunstancias fueron un leimotiv en las pancartas e intervenciones donde abundaron las frases “Macri go home”, “Patria o Buitres”, en referencia a la aprobación del pago a los holdouts, o “yo soy el 49 por ciento”, aludiendo al porcentaje de votos que obtuvo el Frente para la Victoria (FPV) en el balotaje de las elecciones presidenciales. Además de las agrupaciones políticas como Unidos y Organizados, La Cámpora, el Movimiento Peronista 26 de Julio, sectores del Partido Justicialista bonaerense, el Partido Comunista, Peronismo Militante, y columnas de Nuevo Encuentro, los gremios también se hicieron sentir, en un momento en que hay más de 30 mil empleados estatales despedidos y unos 110 mil en sector privado. Encabezando la procesión para sostener la bandera gigante con las fotos de desaparecidos, las organizaciones de derechos humanos convocantes Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, H.I.J.O.S., Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Hermanos de Desaparecidos por Razones Políticas se fueron abriendo paso hasta entrar a la Plaza de Mayo a las cuatro de la tarde, que reunió a 250 mil personas. El escenario de espaldas a la Casa Rosada, donde se encontraban políticos (la diputada Macarena Gelman fue saludada especialmente) y personalidades de la cultura, ya estaba preparado para recibirlos y dar paso a la lectura del documento redactado y leído de forma colectiva. “La memoria, la verdad y la justicia son una de las victorias que vamos a seguir defendiendo a diario. A 40 años del golpe genocida, nos sentimos nuevamente convocados a defender la democracia”, leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y afirmó que “el cambio de gobierno está significando a diario la vulneración de derechos”. Por su parte, la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, repudió “los intentos destituyentes a las democracias latinoamericanas” y dijo: “Abrazamos al pueblo de Brasil en defensa de la soberanía popular”. El discurso, que duró una media hora, fue interrumpido por abucheos cada vez que se mencionaba a Macri y a su “doble discurso” en materia de derechos humanos, en un momento en que miles de personas piden la destitución del ministro de Cultura de la Ciudad, Darío Lopérfido, luego de que éste pusiera en tela de juicio la cifra de los 30 mil desaparecidos. A las seis de la tarde, después de repetir la proclama “presente” y cantar el ya clásico “vamos a volver” (en referencia al gobierno anterior) desde el escenario se exhortó a ir abandonando la Plaza para dejar lugar a “la otra marcha”, que venía de la Plaza de los Dos Congresos: la de del Partido Obrero, Izquierda Socialista y Partido Socialista de los Trabajadores, integrantes del FIT, que a pesar de las negociaciones que se mantuvieron hasta las últimas horas del miércoles 23 para realizar un acto conjunto, decidieron realizar uno propio. En los 12 años de Kirchnerismo, la izquierda, junto a las organizaciones Encuentro, Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ), que agrupa a la Asociación de exdetenidos- desaparecidos, la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo, realizaron marchas separadas por no sentirse representados por los organismos de derechos humanos que apoyaron al gobierno anterior. Pero a pesar del separatismo, hubo encuentro. Mientras los manifestantes de la primera marcha se retiraban a sus casas por las calles laterales a la Plaza, se fueron encontrando con los grupos de izquierda, que llevaban la misma consigna: Nunca Más.