Es probable que para Barack Obama la visita a Argentina sea menos intensa que su viaje a Cuba, que tuvo una gran carga simbólica, pero para el gobierno de Mauricio Macri es fundamental que todo salga bien. Tan es así, que lugares emblemáticos como la Casa Rosada, la Plaza de Mayo y el Parque de la Memoria ya estaban decorados ayer con banderitas estadounidenses para recibirlo.

A los desafíos de una visita de este tipo en cuanto a seguridad, logística y diplomacia, se sumaron otros elementos. Uno lo constituyen los atentados de ayer en Bélgica, que llevaron a que el Ministerio de Seguridad argentino elevara al “nivel de alerta mayor a todas las fuerzas de seguridad”, según informó el ministro de Medios Públicos, Hernán Lombardi, después de una reunión de gabinete.

El otro aspecto extra es la fecha en la que llega el presidente estadounidense: mañana se cumplen 40 años del golpe de Estado en Argentina. El hecho de que Obama llegue a Argentina como una continuación de su viaje a Cuba despejó sospechas de que hubiera elegido esa fecha a propósito, pero Macri recibió críticas por acceder a agendar la visita justo en estos días. “Lamento que Macri haya aceptado que vinieran mandatarios de Estados Unidos en días que son nuestros. Es inapropiado, una provocación”, dijo una de las referentes de la organización Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas.

La Casa Rosada manejó la posibilidad de que el presidente estadounidense visitara la ex Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), un centro de torturas que fue transformado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos. Desde Washington nunca se confirmó que esa fuera una posibilidad, informó ayer el diario argentino La Nación.

Esta iniciativa del gobierno de Macri fue muy mal recibida por agrupaciones de derechos humanos. Estela de Carlotto, líder de Abuelas de Plaza de Mayo, manifestó su posición en una conversación telefónica que mantuvo con la embajada de Estados Unidos. “Sobre la visita a la ex ESMA le dije que era un lugar y una fecha de mucha sensibilidad para nosotros y que lo que más me preocuparía, porque es un lugar abierto, es que los jóvenes, que están enojados, le hagan pasar un mal momento [a Obama]”, dijo De Carlotto a Página 12.

Después de semanas de idas y vueltas con este rechazo de fondo, finalmente la Casa Rosada optó por buscar una alternativa. La elección fue el Parque de la Memoria, un espacio administrado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que también ha sido visitado por otros presidentes, como el francés, Françoise Hollande, en febrero. El homenaje organizado por el gobierno, que contará con la presencia de Obama, está previsto para mañana de mañana, mientras que los tradicionales actos en la Plaza de Mayo y otras actividades en la ESMA fueron convocados para la tarde, cuando el gobernante estadounidense ya estará descansando en Bariloche. Según el asistente de Obama en temas de seguridad nacional para Comunicaciones Estratégicas, Ben Rhodes, en el Parque de la Memoria el presidente buscará “honrar a las víctimas de la guerra sucia, así como a los que defendieron los derechos humanos durante ese período”.

Al acto en el Parque de la Memoria fueron invitadas organizaciones militantes por los derechos humanos, pero hasta ayer ninguna había confirmado su presencia. “Espero que estén acompañando”, dijo el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. El diario Clarín informó ayer que HIJOS no asistirá, pero que otros movimientos todavía no habían tomado una decisión, entre ellos Abuelas, Madres y el Centro de Estudios Legales y Sociales.

Estas tres agrupaciones son, además, las que presentaron una solicitud formal al gobierno de Estados Unidos para que desclasifique documentos vinculados con la dictadura argentina. Se trata de archivos calificados como secretos que se desclasifican automáticamente a los 50 años de ser generados, por lo que empezarían a ver la luz en 2026.

Después del envío de la solicitud, la consejera de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, Susan Rice, informó que Obama, “a petición del gobierno argentino”, va a anunciar durante su visita que se llevará adelante “un esfuerzo exhaustivo” para desclasificar documentos, “incluidos, por primera vez, archivos militares y de inteligencia”.