Ayer renunció el jefe de Gabinete y ministro del Interior de Michelle Bachelet, Jorge Burgos, y la mandataria ya designó a un nuevo titular para Interior. El cargo será ocupado por Mario Fernández, quien hasta ayer era embajador de Chile en Uruguay, que, al igual que Burgos, pertenece al partido de centro Democracia Cristiana.

En su trayectoria política Fernández ha sostenido posturas conservadoras que se oponen a algunos de los proyectos impulsados por el gobierno de Bachelet. A tal punto que ayer, al asumir, Fernández dijo que está “obviamente de acuerdo con las iniciativas del gobierno sin ningún doblez”. También hizo expreso su apoyo al proyecto que busca despenalizar el aborto “por tres causales muy concretas”, aunque no se pronunció sobre la iniciativa para permitir el matrimonio de personas del mismo sexo.

Fernández ocupó varios cargos en el Ejecutivo durante los gobiernos de Ricardo Lagos, Eduardo Frei y Patricio Aylwin, los tres de la coalición de partidos de centro y de izquierda que hoy se llama Nueva Mayoría y antes se conocía como la Concertación. También fue juez del Tribunal Constitucional entre 2006 y 2011. En ese período votó a favor de una solicitud para que se declarara inconstitucional una resolución del Ministerio de Salud que disponía la distribución de la pastilla del día después para las mujeres mayores de 14 años que la solicitaran. Admitió el recurso de inconstitucionalidad con el argumento de que esa pastilla es un método abortivo. Esto ocurrió en 2008, durante el primer gobierno de Bachelet, que impulsó la nueva resolución del Ministerio de Salud.

No fue la única polémica que involucró a Fernández. Cuando era secretario general de la Presidencia en el gobierno de Lagos se pronunció en contra de la ley que habilitaba el divorcio en Chile, que se debatía en el Congreso. “Estoy contra el divorcio porque la iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo. Creo en todo lo que dice el cardenal. Él es mi autoridad religiosa”, dijo en ese entonces, en 2002. Uno de los impulsores de la nueva ley, que finalmente fue aprobada, era el propio presidente Lagos. Desde joven Fernández estuvo muy en contacto con la iglesia católica, y según la página web del diario El Mercurio, el dirigente pertenece al Opus Dei. El ahora ministro también tiene una trayectoria diplomática: fue embajador de Chile en Alemania y desde 2014 ocupaba el mismo cargo en Uruguay.

Su designación como ministro generó reacciones políticas. El diputado oficialista Fidel Espinoza consideró que se debería haber designado a un ministro “más cercano a posiciones ciudadanas”, y también el diputado opositor y ex dirigente estudiantil Gabriel Boric criticó esta designación.