La economía de Brasil se contrajo por quinto trimestre consecutivo este año y los analistas pronostican que esta tendencia negativa continuará hasta 2017. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) anunció ayer que el Producto Interno Bruto del país cayó 5,4% en comparación con el mismo período de 2015, principalmente por la caída de 7,3% que sufrió la producción industrial y por el declive en el consumo de la población brasileña -de 6,3% en relación con el primer trimestre del año pasado-, como consecuencia del aumento del desempleo, de la caída de la renta y de la inflación. El IBGE explicó que la economía también se deterioró por la crisis política del país y la incertidumbre generada por la decisión del Senado de iniciarle un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, por lo cual fue suspendida en el cargo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por su parte, prevé que la economía de Brasil -que ya cayó 3,9% en 2015- se contraiga este año 4,3%. Según un informe de la OCDE publicado ayer, las divisiones políticas incidieron en la crisis económica porque afectaron la confianza de las familias y de las empresas.

El presidente interino de Brasil, Michel Temer, reconoció ayer que el país “está hundido en una de las mayores crisis de su historia” y pidió a empresarios y consumidores que confíen en sus medidas económicas.