El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, se declaró a favor de prohibir la venta de armas a quienes integren una lista de sospechosos de terrorismo, luego de la matanza en la discoteca gay Pulse, en Orlando. “Me reuniré con la NRA [Asociación Nacional del Rifle], que ya me dio su apoyo, para tratar la prohibición de comprar armas a quienes ya están en la lista de sospechosos de terrorismo o tienen impedido viajar”, anunció el empresario el miércoles en su cuenta de Twitter.

Cuatro días después de que un estadounidense de origen afgano, que había sido investigado por el FBI, asesinara a 49 personas en Orlando con un rifle y una pistola, Trump planteó su iniciativa, que lo distancia una vez más de los principios tradicionales del Partido Republicano. El anuncio de Trump, que durante toda su campaña insistió en defender la Segunda Enmienda de la Constitución -que reconoce el derecho de los estadounidenses a poseer y portar armas-, llega en un momento en que los republicanos y el Congreso están bajo una fuerte presión. Los demócratas y el propio presidente Barack Obama demandan que se tomen medidas en reacción al mayor ataque a tiros masivo de la historia del país.

La NRA respondió en un comunicado que sus dirigentes estarán “muy contentos” de reunirse con el candidato, aunque aclaran que la posición de la organización respecto de este tema “no ha cambiado”. La asociación “cree que no debería permitirse a los terroristas comprar o poseer armas de fuego” y que “cualquiera que esté incluido en una lista de sospechosos de terrorismo y que trate de comprar un arma debe ser investigado a fondo por el FBI, y la venta debe ser pospuesta mientras dure la pesquisa”. La asociación consideró que una prohibición como la que propone Trump violaría el derecho constitucional de quienes sean incluidos en esa lista por error. Tanto la NRA como el Partido Republicano han sido defensores de la Segunda Enmienda ante cualquier salvedad que se quisiera establecer.

El ataque en Orlando podría marcar un quiebre en esa postura, al menos en el Congreso. El mismo día en que Trump anunció que se reuniría con la NRA, el Senado comenzó a discutir una ley impulsada por los demócratas para impedir la venta de armas a las personas que aparecen en listas asociadas al terrorismo. Ayer, luego de 14 horas de discusión, los republicanos se comprometieron a votar medidas sobre control de armas y extender la revisión de antecedentes para evitar que las personas que integran esas listas puedan comprar armas. Aunque no se anunció un acuerdo formal entre los dos partidos y no se dieron más detalles sobre cuándo sería la votación, la senadora demócrata Dianne Feinstein, que impulsó la propuesta, dijo que podría llevarse a cabo el martes.

El líder de la bancada demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo al diario The Washington Post que el titular de la bancada republicana, Mitch McConnell, aseguró que iba a permitir votaciones sobre “dos importantes medidas de seguridad relacionadas con las armas”. McConnell dijo que todavía no se concretó nada pero que los líderes “intentarán” conseguir votos “de ambos lados”. Se trata de la primera iniciativa sobre control de armas que llega al Congreso estadounidense en más de 20 años.

“Me alegra escuchar que el Senado mantendrá votaciones para prevenir que los individuos con posibles lazos terroristas puedan comprar armas, incluidas armas de asalto”, dijo Obama anoche, y agregó: “Verdaderamente espero que los senadores estén a la altura del momento y que hagan lo correcto”.