“Asumiremos este reto. A medida que salgamos de la UE forjaremos un nuevo rol, positivo y audaz, para Reino Unido”, dijo May antes de ingresar, por primera vez como primera ministra, a la residencia oficial en Downing Street. Si bien se pronunció en contra de la salida de Reino Unido de la UE, no hizo campaña y ha asegurado en varias oportunidades que “brexit significa brexit” y que se propone hacer de esta salida “un éxito”.

May ha dado pocas pistas sobre cuál será la postura de su gobierno ante las negociaciones para concretar la salida, aunque sí ha dicho que la defenderá con firmeza y que los preparativos británicos durarán hasta fin de año. Pese a estas declaraciones que ya había hecho May, los líderes europeos instaron ayer a la nueva primera ministra británica a que acelere los pasos para que las negociaciones puedan comenzar “pronto”. En ese sentido se manifestaron el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el del Parlamento europeo, Martin Schulz.

Cameron, que renunció después de que el resultado del referéndum fuera contrario al que él había defendido en la campaña, ya había anunciado que la postura británica para las negociaciones sería definida por un grupo técnico que sería parte del Ejecutivo, y May confirmó ayer que continuará por el mismo camino. La primera ministra ya designó a David Davis como “ministro del brexit”, el cargo que liderará esas definiciones y las posteriores negociaciones. Davis, así como Liam Fox, que se encargará del comercio internacional, hicieron campaña por la salida del bloque y ya fueron ministros. En el caso de Fox, regresa al Ejecutivo después de haber disputado con Cameron el liderazgo del partido, en 2005.

May dio a conocer quiénes liderarán las principales carteras de su gobierno, y si bien se esperaba un Ejecutivo paritario entre hombres y mujeres, eso todavía no se tradujo en designaciones.

Entre los integrantes del gabinete se encuentra Boris Johnson, el líder de la campaña por el brexit entre los tories, que estará a cargo de la cancillería, el Foreign Office, que se verá reducida en tamaño porque saldrá de su órbita el departamento de Comercio Internacional, que pasará a ser una secretaría independiente a cargo de Fox y que cumplirá un rol clave para que Reino Unido busque nuevos aliados comerciales.

Además, continuará en el gabinete Phillip Hammond, que hasta ahora era canciller y pasa a ser el encargado del Tesoro (cargo equivalente al de ministro de Economía y Finanzas). George Osborne, uno de los principales aliados de Cameron y cara visible de los recortes impulsados por el Ejecutivo desde 2010, quedó fuera del nuevo gabinete. Su salida fue leída por algunos analistas británicos como una señal de que el gobierno de May tendrá un corte más social. Algo en este sentido ya había adelantado la nueva primera ministra en su discurso, en el que habló de la “injusticia” que sufren las personas pobres, los negros y las mujeres, informó la agencia de noticias Reuters.

Ayer se anunció el nombre de una sola mujer que se integrará a la primera línea del gabinete: Amber Rudd, que hasta ayer era secretaria de Energía y Cambio Climático y ahora pasará a ocupar el cargo que antes tenía May, el de ministra del Interior.

Otros cambios

No sólo el gabinete cambia en estos días. También puede hacerlo el liderazgo del principal partido opositor, ya que la diputada Angela Eagle presentó esta semana su candidatura para disputarle el lugar a Jeremy Corbyn. A ella se sumó otro candidato, el diputado galés Owen Smith. Cada uno de ellos deberá conseguir el respaldo de 20% de la bancada laborista para poder acceder a las elecciones internas, a las que Corbyn puede presentarse directamente, según confirmó ayer el equipo legal del Partido Laborista.

Se espera que hoy se dé a conocer cuándo serán las elecciones, que son consideradas claves porque enfrentarán a Corbyn, un candidato de izquierda cercano a los sindicatos, con otros más centristas y cercanos al empresariado y el establishment laborista. En las últimas semanas, mientras sus correligionarios pedían su renuncia, Corbyn aseguró que cuenta con el respaldo suficiente como para ser reelecto.